El gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, ha asegurado que si muere será responsable el presidente de Bolivia, Luis Arce, días después de que un tribunal decretara cuatro meses de prisión preventiva contra él mientras continúa la causa por su supuesta participación en la crisis política de 2019.

«Lo que se dejó claro, es que ya sea por mi enfermedad o cualquier otro motivo que cause mi muerte, este tendrá nombre y apellido, Luis Arce Catacora», ha expresado a través de una carta escrita desde la cárcel de San Pedro, en La Paz.

Camacho ha vuelto a insistir en que su detención por el supuesto papel que desempeñó para que Jeanine Áñez se autoproclamara presidenta con el apoyo de parte de las Fuerzas Armadas es un «secuestro» y de seguirá luchando contra la «dictadura» del Movimiento al Socialismo (MAS).

A pesar de haber mencionado que tiene problemas de salud –tiene una enfermedad que se caracteriza por la inflamación de los vasos sanguíneos– Camacho ha asegurado estar «más fuerte que nunca» y que no está dispuesto a servirse de ellos para «vender o negociar sus principios» y «menos traicionar a Dios y a su pueblo».

«De nuestra lucha por una nueva Bolivia con democracia y libertad y, sobre todo, la Bolivia federal con la que soñamos», ha enfatizado.

Camacho es el principal líder de Santa Cruz, la región más rica de Bolivia e históricamente opositora a los gobiernos del Movimiento al Socialismo (MAS), escenario en el último mes de nuevas protestas y bloqueos, en esta ocasión para oponerse a la ley del censo del Gobierno de Luis Arce.

Su arresto está motivado por su papel en las violentas manifestaciones y protestas que se produjeron después de que la oposición, apoyada por las Fuerzas Armadas, presionara al expresidente Evo Morales a renunciar a su triunfo en las elecciones de octubre de 2019, cuyos resultados fueron cuestionados también por la Organización de Estados Americanos (OEA).

Por el llamado caso Golpe de Estado I se encuentra en la cárcel a la espera de juicio Jeanine Áñez. La autoproclamada presidenta fue la figura mediática y más reconocible de unos hechos en los que el Gobierno también vio la mano de Camacho.