La industria militar reconoce dificultades para atender la demanda de armamento que ha generado la guerra de Ucrania
Los países ya han avisado de los problemas de reposición de sus arsenales y piden un esfuerzo de producción a las empresas
La guerra de Ucrania ha generado un «pico de demanda» de material militar que la industria tiene dificultades para atender y que ha llevado a los países occidentales a alertar de problemas de reposición de sus arsenales. Para hacer frente a la situación actual, la industria pide programas «sostenidos en el tiempo» que estabilicen los pedidos, sin que se produzcan «dientes de sierra».
Así lo apuntan a Europa Press fuentes de TEDAE, la asociación española de tecnologías de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio; que explican que la invasión de Ucrania ha generado unos niveles de consumo «muy por encima de las previsiones» y que están más cerca de escenarios similares a los de las guerras mundiales.
Esto está llevando a las industrias de defensa de todos los países a tener «dificultades para responder», según reconoce TEDAE, ya que la capacidad de producción tradicional es «adecuada» a la demanda que habitualmente ha recibido y que ha estado ligada a dos factores: la demanda interna y las exportaciones.
En el actual contexto, la industria militar avisa de que su capacidad de producción no puede adaptarse indefinidamente a los picos de demanda «por muy exigentes que estos sean». Esto solo podría hacerse realidad en caso de «conflicto global».
Por ello, para incrementar ahora la capacidad productiva y poder hacer frente a las necesidades de armamento, la industria pide programas sostenidos en el tiempo que estabilicen los pedidos, «de tal manera que no se produzcan dientes de sierra».
Esto es especialmente importante en el caso de materiales como misiles, municiones o medios de combate principales que es necesario reponer o para los que es preciso contar con niveles de abastecimiento adecuados. A esto se añade la necesidad de personal especializado, un factor que «tampoco se puede improvisar fácilmente», según avisan.
Por eso, desde TEDAE sostienen que no solo es necesario incrementar los presupuestos de Defensa –el de España para 2023 crece un 25,8%–, sino que además necesitan contar con «estabilidad y previsibilidad» en las inversiones.
Otra de las asignaturas pendientes, según la industria militar, es la necesidad de establecer una mejor relación entre los planificadores militares con la industria a la hora de fijar los objetivos de fuerza, sus especificaciones y sus prioridades. «La comunicación entre clientes y suministradores y la estabilidad de las inversiones ayudaría a establecer una mejor previsión en las necesidades de producción por parte de la industria», explica.
En cualquier caso, las empresas asumen que todo esto no será posible sin un acuerdo político que formalice un compromiso de incremento y estabilidad presupuestaria, una reivindicación histórica de la industria de armamento para contar con una previsibilidad que dé base a sus inversiones.
DEFENSA PIDE UN ESFUERZO A LA INDUSTRIA
Desde Defensa, la secretaria de Estado, Amparo Valcarce, ya hizo un llamamiento a las empresas la pasada semana para que hagan un «esfuerzo» en su producción que aumente su capacidad para absorber el presupuesto que aumenta el próximo año.
«No pueden trabajar como venían haciendo, tienen que dar el salto de calidad con inversión en I+D+i y también un salto en la producción», reivindicó ante una parte importante de representantes industriales.
También el JEMAD, el almirante general Teodoro López Calderón, reconoció en el Congreso que la industria nacional «tiene las capacidades que tiene». «Aunque haya más dinero, en muchas ocasiones no es posible obtener lo que se quiere porque hay una limitación en las cadenas de producción», explicó ante los diputados.
Por eso, sostuvo que los próximos años de aumento del presupuesto deben servir para mejorar la competitividad de la industria tras un periodo de «contracción» en los que la inversión ha sido nula o muy escasa. «Ahora, evidentemente, no se les puede pedir para mañana que cambien radicalmente esto, pero evidentemente lo tendrán que hacer», resumió.
SIN RIESGO PARA LA DEFENSA DE ESPAÑA
En cualquier caso, este miércoles, la ministra Margarita Robles aseguró en el Congreso que los envíos de armamento que se están realizando a Ucrania en ningún caso ponen en riesgo la capacidad de defensa de España. Para evitarlo, las remesas se realizan teniendo en cuenta tanto las necesidades de Ucrania como la disponibilidad de España.
El JEMAD ahondó en este aspecto reconociendo que las empresas son «incapaces» de producir al ritmo que se consume en un conflicto bélico y explicó que la Alianza Atlántica ya está haciendo estudios respecto a este tema que se debe «mejorar».
Puso como ejemplo la munición, un campo en el que España ha hecho una inversión «importantísima» este año para aumentar sus stocks. Según explicó, la duración de la guerra de Ucrania ha demostrado que ni los stocks que exige la OTAN ni los que tiene España «son suficientes»; «y lo que es más grave», tampoco se pueden reponer rápidamente debido a la limitada capacidad de producción de la industria.
Pero este problema afecta a todos los países y la Comisión Europea puso sobre la mesa un programa de 500 millones de euros para compras conjuntas de material de defensa con el objetivo de «abordar las necesidades más urgentes y críticas de defensa». Siguiendo el ejemplo de la compra de vacunas durante la pandemia, se busca evitar la competencia entre países de la UE por los mismos productos y ahorrar costes.
EEUU, TRIPLICAR LA PRODUCCIÓN DE MUNICIÓN 155MM
Por su parte, en Estados Unidos, el Congreso ha aprobado recientemente un paquete de 600 millones de dólares con el que básicamente se busca triplicar la producción de munición de calibre 155 milímetros para pasar de los 14.000 proyectiles mensuales actuales a 20.000 para primavera y 40.000 en 2025.
A su vez, la joint venture entre Lockheed Martin y Raytheon encargada de fabricar los misiles Javelin, una de las armas que está resultando clave en el conflicto, también ha anunciado planes para incrementar la producción de la variante FGM-148F, pasando de los 2.100 anuales en 2022 a unos 4.000 para 2026.
Asimismo, el consorcio está inmerso en la preparación de la producción de una nueva unidad de lanzamiento –Light Weight Command Launch Unit (LWCLU)– para los Javelin, un 30% más pequeña y ligera, que espera tener lista en la primera mitad de 2023, con las primeras unidades listas para 2025. Según la revista especializada Janes , en octubre ya había 200 peticiones de LWCLU.