Borrell felicita al Gobierno de Etiopía y el TPFL por la firma del Acuerdo de Paz Duradera
El Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior, Josep Borrell, ha felicitado este jueves la firma del Acuerdo de Paz Duradera entre el Gobierno de Etiopía y el Frente Popular para la Liberación de Tigray (TPLF) tras el alto el fuego acordado después de dos años de hostilidades.
En nombre de la Unión Europea y de sus estados miembros, Borrell ha felicitado el acuerdo de paz, alcanzado a través del Acuerdo de Cese Permanente de Hostilidades (COHA), así como la labor realizada por la Unión Africana (UA) en la mediación de las negociaciones, representando «un paso importante hacia la paz y la reconciliación de Etiopía».
«La aplicación del COHA requiere un liderazgo firme, así como un mecanismo de supervisión sólido y sostenible para garantizar que ambas partes respeten el cese de hostilidades», ha afirmado el representante.
A su vez, la Unión Europea ha felicitado los progresos ya realizados desde el acuerdo de alto el fuego firmado el mes de noviembre y se compromete a «apoyar la aplicación del acuerdo» hacia el camino para la «reconstrucción y reconciliación» del país.
Además, el comunicado ha recalcado la emergencia humanitaria en el norte de Etiopía y otras partes del país cuya población precisa el restablecimiento de los servicios básicos tras las consecuencias del conflicto.
«La aplicación sostenida del acuerdo permite a la Unión Europea reanudar su compromiso estratégico con Etiopía, incluso a través del diálogo político», ha puntualizado Borrell que abre así el camino al «restablecimiento gradual» de la cooperación para el desarrollo y el apoyo económico entre la Unión Europea y Etiopía.
Por su parte, la Unión Africana ha celebrado hoy en Kenia la segunda reunión entre el Gobierno etíope y el TPLF para el seguimiento de la aplicación del acuerdo, una cita que ha concretado el proceso de desarme, desmovilización y reintegración.
El conflicto estalló a principios de noviembre de 2020 cuando el TPFL atacó bases militares en Mekele, capital de Tigray, tras haber desafiado ya de forma previa al Gobierno federal celebrando unas elecciones regionales no autorizadas. Un conflicto que ha durado dos años y ha dejado miles de muertos y millones de desplazados, según Naciones Unidas.