Expertos destacan la importancia de la investigación en obesidad para mejorar su prevención y tratamiento
Expertos reunidos en una jornada organizada por la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO) y la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), con motivo del Día de la Obesidad, han destacado la importancia de fomentar la investigación en esta enfermedad para mejorar su prevención y tratamiento.
«La obesidad es una pandemia y ya se ha demostrado que la investigación es importantísima para salir de cualquier pandemia. Es difícil tener un futuro sin obesidad pero tenemos que intentarlo o, al menos, lograr que haya menos casos», ha señalado la profesora titular y coordinadora del Grupo de Trabajo de Investigación Traslacional en Obesidad de la SEEDO, Gema Medina-Gómez.
Del mismo modo se ha pronunciado la presidenta de la Fundación de la SEEN (FSEEN) y miembro del Comité Gestor del Área de Obesidad de esta sociedad científica, Irene Bretón, quien ha recordado el derecho que tienen las personas con obesidad a que se investigue su enfermedad como se hace otras patologías.
«Este día lo celebramos para llamar la atención sobre esta enfermedad y defender el derecho de los pacientes a que se investiguen las causas de aparición, los tratamientos, las complicaciones y las medidas preventivas, con el fin de que todas las medidas se adopten en base a la evidencia», ha recalcado la doctora Bretón.
Además, el miembro del área de Obesidad de la SEEN, Gilberto Pérez, ha comentado que actualmente la evidencia que existe sobre la obesidad en la infancia y adolescencia es gracias a la investigación, si bien ha insistido en la necesidad de seguir investigando para reducir la incidencia entre los menores y, por ende, en los adultos futuros.
LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN ABIERTAS
Las líneas de investigación abarcan aspectos muy diversos, que incluyen los factores genéticos, el balance energético (la ingesta y el gasto metabólico), la fisiología y fisiopatología del tejido adiposo y cómo se relaciona e influye en otros órganos y tejidos, o el papel de la microbiota, por poner sólo algunos ejemplos.
Asimismo, se está llevando a cabo trabajos sobre el estudio de hormonas, péptidos o moléculas cuyo fin es disminuir el acúmulo de grasa y evitar su efecto tóxico en otros tejidos diferentes al tejido adiposo. De esta forma, según los expertos, se evitaría la aparición de comorbilidades asociadas a la obesidad, como la diabetes, la enfermedad cardiovascular o la enfermedad renal.
También se está trabajando en el desarrollo de tratamientos mejores y más seguros, donde la investigación básica y traslacional contribuyen a ampliar los conocimientos de los mecanismos de estas moléculas u hormonas que sentarán las bases para identificar nuevas y mejores opciones terapéuticas.
Precisamente, en el encuentro ha participado el catedrático del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Barcelona, Francesc Villarroya, quien ha aludido a la investigación que hay en marcha sobre el tejido adiposo pardo (o marrón), un lugar del organismo donde se queman calorías procedentes de la dieta.
Aunque inicialmente se consideró que el tejido adiposo pardo sólo servía para producir calor y para mantener la temperatura del cuerpo en condiciones de frío ambiental (la grasa parda se activa con el frío), ahora se sabe que también es un sistema de protección para eliminar ( quemar ) el exceso de alimentos que ingerimos con la dieta y evitar que se depositen en exceso en forma de grasa blanca (obesidad).
A la luz de los conocimientos actuales, a juicio de Villarroya, «no cabe duda que activar la grasa parda daría lugar a una prevención en el aumento de peso, e incluso permitiría disminuir el peso de una persona con obesidad». Por eso, se está tratando de encontrar cómo incrementar la activad del tejido adiposo marrón.
Hasta el momento, todos los intentos de hacerlo con fármacos han tenido el problema de que, si bien es factible activar la grasa parda, se generan bastantes efectos secundarios indeseables a nivel cardiaco (no se han encontrado activadores de la grasa parda específicos que eviten estimular artificialmente también el corazón).
Otra línea de investigación pasa por profundizar en el estudio de los efectos saludables de la grasa parda. Un estudio reciente, llevado a cabo en Estados Unidos con cerca de 150.000 pacientes, ha mostrado que, además de proteger frente a la obesidad, los individuos con grasa parda activa muestran protección frente a diabetes y a enfermedades cardiovasculares (desde el infarto al ictus); un efecto beneficioso que no se explica por el hecho de ser más delgados tan sólo.
«Se cree que el tejido adiposo pardo libera a la sangre factores hormonales (las denominas batoquinas ), que ejercen una acción saludable sobre el sistema cardiovascular. Identificar cuáles son y cómo actúan estos factores hormonales es una línea de trabajo prometedora, ya que se podrían utilizar en un futuro como herramientas de tratamiento y prevención de enfermedades graves y muy frecuentes en el paciente con obesidad», ha recalcado el catedrático.
SEEDO y SEEN están llevando a cabo una campaña divulgativa en redes sociales, con el objetivo de animar a la población a activar su grasa parda y ponerle así freno a la obesidad. Con el hashtag #activatutejidopardo , se invita a que los ciudadanos compartan breves videos mostrando actividades que favorecen la activación de este tejido adiposo, contando para ello con el apoyo y la colaboración de divulgadores científicos como Ricardo Moure y la Boticaria García.