Ferrovial inaugura una de sus autopistas de Estados Unidos, con una inversión de 3.600 millones de euros
Ferrovial ha abierto al tráfico la autopista I-66, situada en el estado de Virginia (Estados Unidos) y que desemboca en las afueras de Washington D.C., con una inversión total de 3.700 millones de dólares (3.600 millones de euros).
A la inauguración ha asistido tanto el presidente de Ferrovial, Rafael del Pino, como su consejero delegado, Ignacio Madridejos, junto con otros directivos de la compañía y algunos cargos políticos como el gobernador del Estado, Glenn Youngkin.
Se trata de una de las mayores iniciativas de colaboración público-privada en el sector de infraestructuras llevadas a cabo en Estados Unidos en este siglo. Ferrovial, a través de su filial Cintra, dispondrá ahora de un periodo de concesión de 50 años para operar y mantener esta vía.
La concesionaria está participada en un 55,7% por Ferrovial, como accionista mayoritario del activo, del que también son socios Meridiam (29,7%) y APG (14,5%).
Ferrovial Construcción ha llevado a cabo, junto con la empresa local Allan Myers, el diseño y construcción de los 36 kilómetros que comprende la obra. El proyecto transformará esta arteria del norte de Virginia para aliviar la congestión, mejorar la seguridad y proporcionar mejores tiempos a los viajeros.
Las llamadas Managed Lanes representan una solución para corredores urbanos congestionados por una alta intensidad de tráfico, al posibilitar que el tráfico acceda a carriles adicionales de pago y se mantenga una velocidad más elevada en los picos de desplazamientos. Funcionan mediante peajes dinámicos y, al limitar los atascos, contribuyen a reducir las emisiones de gas.
El proyecto cuenta diversos tipos de sensores y de un sistema de comunicación vehículo-infraestructura que permiten la detección y comunicación de situaciones de riesgo para la circulación en tiempo real y mejoran la seguridad en carretera, lo que la convierte en una de las más avanzadas tecnológicamente del mundo.
Además, en fases posteriores, el sistema permitirá acelerar la adopción y la seguridad de los vehículos autónomos y su paulatina incorporación al viario junto a vehículos convencionales con distintos grados de automatización.
La integración con el transporte público es otra de las peculiaridades de la I-66, al conectarse con estaciones de metro y con aparcamientos disuasorios, al tiempo que incorpora 11 kilómetros de carril-bici.