Borrell asegura que el delito de sedición «no desaparece», sino que «se le cambia el nombre»
Se pone a disposición de Aragonés y descarta pronunciarse sobre la inmunidad de Puigdemont: «Los jueces europeos lo tendrán que decidir»
BARCELONA, 25
El alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior y ex ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, se ha pronunciado este viernes sobre la derogación del delito de sedición, sosteniendo que «se le cambia el nombre, pero la esencia no desaparece», y ha subrayado que lo que se hace es organizar mejor la separación de delitos contra el orden constitucional y contra el orden público.
«Se deja claro las actuaciones que tienen una razón de ser política y las que tienen una alteración del orden público», que pueden tener más motivaciones más allá de la política, ha asegurado en una entrevista en La 2 y Radio 4.
También ha afirmado que en Cataluña «se está comenzando a entender» que para cambiar las cosas se debe hacer cambiando las leyes, en referencia al actual Gobierno de Pere Aragonés, pero ha lamentado que para ello haya tenido que haber el proceso independentista.
Ha explicado que no conoce en persona a Aragonés, pero que está a su disposición, y también ha explicado que no conoce personalmente al expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, tras lo que ha descartado pronunciarse sobre su inmunidad y ha defendido que los jueces europeos deberán decidir sobre esto.
UCRANIA
También se ha pronunciado sobre la guerra en Ucrania, avisando que en este conflicto armado puede haber un enquistamiento como a su juicio ha ocurrido en el caso de Corea del Norte y Corea del sur: «Eso puede pasar aquí».
Ha asegurado que este conflicto puede acabar teniendo «una línea de frente, con violencia controlada y un pacto para que no haya incidentes».
Asimismo, ha sostenido que la negociación está siempre sobre la mesa, pero ha explicado que todo el que ha ido a hablar con el presidente ruso, Vladimir Putin, ha vuelto con el mismo mensaje: «Tengo objetivos militares que tengo que conseguir y mientras no los consiga no volveré de la guerra», ha relatado Borrell.
El jefe de la diplomacia europea ha afirmado que ahora mismo no tiene relación con el Kremlin «porque Rusia no quiere», ya que prefiere hablar con los países por separado que con él, ha explicado Borrell, que ve esta estrategia como un intento de dividir a los miembros de la UE.
Sobre el papel de la UE, ha sostenido que Europa puede mandar más defensas antiaéreas a Ucrania, enviar más ayuda militar y para sustituir los destrozos causados por la guerra, aunque ha reconocido que recomponer el sistema eléctrico ucraniano es más difícil, y ha añadido que Rusia quiere «poner a Ucrania con frío y a oscuras».
Ha acusado a Putin de usar «el hambre como arma de guerra» en África, al no enviar trigo a estas regiones y provocar más presión migratoria con cálculos estratégicos hacia Europa -ha dicho textualmente–, tras lo que ha apostado por regular la migración.
Borrell considera que hay dos maneras de afrontar la migración desde África, la primera ayudar desde Europa al desarrollo de estos países, con más apertura de mercados y más inversión, y «mientras eso no pase, regular los flujos migratorios», ya que asegura que Europa también necesita la migración porque se encuentra en un invierno demográfico.