Investigadores descubren que las personas con VIH tienen síntomas de jet lag crónico

Las personas que viven con VIH tienen un reloj corporal interno significativamente retrasado, lo que coincide con los síntomas del jet lag , según los nuevos hallazgos comunicados por investigadores de universidades de Sudáfrica y el Reino Unido.

Los resultados, publicados en la revista Journal of Pineal Research , podrían explicar algunos de los problemas de salud que sufren las personas con VIH y orientar la investigación hacia la mejora de su calidad de vida.

Investigadores de las universidades de Northumbria y Surrey, en el Reino Unido, y de la Universidad de Witwatersrand y la Universidad de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, estudiaron a personas mayores de 45 años que viven en la provincia sudafricana de Mpumalanga, donde casi una de cada cuatro personas vive con el VIH. Como tal, la infección es endémica y no se asocia a ninguna diferencia en el estilo de vida.

Así, descubrieron que los ritmos fisiológicos diarios, medidos por la hormona melatonina, se retrasaban más de una hora de media en los participantes seropositivos. Su ciclo de sueño también era más corto, y los investigadores observaron que su sueño empezaba más tarde y terminaba antes.

Esto sugiere la posibilidad de que la infección por el VIH pueda causar un trastorno del ritmo circadiano similar a la alteración experimentada en el trabajo por turnos o el jet lag .

Los autores creen que esta alteración del reloj corporal puede contribuir de forma significativa a la mayor carga de problemas de salud que sufren las personas con VIH a pesar del éxito del tratamiento, como un mayor riesgo de trastornos cardiovasculares, metabólicos y psiquiátricos.

Sudáfrica es el cuarto país del mundo con mayor tasa de prevalencia del VIH, y los investigadores creen que es muy necesario seguir investigando para determinar si las personas más jóvenes que viven con el VIH en otros países experimentan una alteración similar del reloj corporal.

«Los participantes que viven con el VIH experimentan esencialmente la alteración de una hora asociada al cambio del horario de verano, pero todas las mañanas», afirma el profesor Malcolm von Schantz, catedrático de Cronobiología de la Universidad de Northumbria, autor correspondiente de la publicación.

«Esto sucede a pesar de que esencialmente todo el mundo está expuesto al mismo ciclo de luz y oscuridad. Nuestros hallazgos tienen importantes implicaciones potenciales para la salud y el bienestar de las personas que viven con el VIH, especialmente teniendo en cuenta las relaciones bien establecidas entre los ritmos circadianos alterados y la privación del sueño», apunta el autor.

Por su parte, la también autora del estudio Karine Scheuermaier, de la Universidad de Witwatersrand, añade que «esto es muy similar al perfil de riesgo observado en los trabajadores por turnos». «Comprender y mitigar esta alteración puede ser un paso importante para ayudar a las personas que viven con el VIH a llevar una vida más saludable», apunta.

«Nuestros hallazgos identifican un tema de investigación urgente», afirma Xavier Gómez-Olivé, también de la Universidad de Witwatersrand. Asimismo, ha sugerido que el siguiente paso debe ser establecer si existe la misma alteración del reloj corporal en personas con VIH que son más jóvenes y que viven en otros países.

«Este es un gran ejemplo de la importancia de estudiar el sueño en las personas que viven en África, y demuestra cómo los hallazgos de esta investigación también pueden ser relevantes para las personas de cualquier parte del mundo», finaliza el coautor Dale Rae, de la Universidad de Ciudad del Cabo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Investigadores observan en el laboratorio que el té verde y el resveratrol reducen las placas de Alzheimer
La cárnica brasileña JBS se deja un 47% de beneficio en el tercer trimestre, hasta los 775,8 millones

Bloqueador de anuncios detectado

Por favor, considere ayudarnos desactivando su bloqueador de anuncios