El Bundesbank dice que «queda mucho por hacer» y anticipa más subidas de tipos sin ceder a presiones políticas

El presidente del Bundesbank, el banco central de Alemania, Joachim Nagel, ha subrayado la gravedad de la actual situación, en la que existe una importante brecha entre la inflación y la meta del Banco Central Europeo (BCE) por lo que será necesario acometer más subidas de los tipos de interés sin ceder a presiones políticas durante el proceso de normalización monetaria.

«Todavía hay una brecha entre nuestro objetivo del 2% y la inflación actual del 10,7%. Queda mucho por hacer, tenemos que hacer más subidas», ha afirmado Nagel durante su intervención en un acto organizado por Nueva Economía Fórum, donde ha recordado el enfoque «reunión a reunión» del Consejo de Gobierno del BCE, que actuará en función de los datos.

En este sentido, el banquero central alemán ha defendido que la situación en la zona euro, afectada particularmente por las consecuencias de la guerra en Ucrania, «es completamente diferente a la de Estados Unidos», por lo que a principios de 2022 no era posible prever lo que ha sucedido y su impacto en la inflación.

De esta manera, Nagel ha insistido en que el BCE tiene que centrarse en su trabajo, marcado por el mandato de estabilidad de precios a medio plazo, pero teniendo en cuenta el contexto. «Es un viaje que hemos empezado, pero no se puede decir cuando termina», ha resumido.

Asimismo, además de defender la independencia del banco central, el presidente del Bundesbank ha apuntado que episodios como el vivido en Reino Unido muestran la importancia de que exista una cierta coordinación entre la política fiscal y la monetaria.

En este sentido, ha advertido de que lo que los gobiernos hagan fiscalmente no debería suponer estímulos fiscales adicionales y desencadenar así más inflación, lo que no sería útil para la política monetaria.

«Este reto de reducir la inflación y hacer lo posible para que la economía mejore solo es posible uniendo esfuerzos», ha señalado, añadiendo que la política monetaria del BCE no esta dirigida a un país en concreto, sino para todo el Eurosistema. «Si los políticos europeos lo entendieran sería fantástico», ha rematado.

De este modo, ha explicado que el nuevo instrumento para luchar contra la fragmentación (TPI por sus siglas en inglés) es una herramienta de política monetaria diseñada para circunstancias excepcionales y no un instrumento de financiación de algunos países.

Asimismo, mientras que ha evitado entrar a valorar directamente el nuevo impuesto a la banca en España, limitándose a recordar que se trata de una cuestión de los políticos y la importancia de mejorar la resiliencia del sistema bancario en un contexto de subida de tipos y previsible empeoramiento de la coyuntura económica, sí ha subrayado que agilizar el proceso relacionado con el fondo europeo de recuperación «sería de gran ayuda» desde el punto de vista monetario.

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