Experto dice que no sólo en España hay una crisis sistemática en la Atención Primaria sino que la hay «en todo el mundo»
El médico de familia y profesor de la EASP, Sergio Minué, ha asegurado, durante el XXXVIII Congreso de la Sociedad Española de Calidad Asistencial (SECA), que no sólo en España hay una crisis sistemática en la Atención Primaria sino que la hay «en todo el mundo».
Según Minué, todas las instituciones internacionales insisten en la necesidad de invertir en Atención Primaria mientras que la demanda de médicos y enfermeras es «muy superior» a la oferta. En 2019, Naciones Unidas ya instaba a todos los países del Mundo a invertir el uno por ciento de su PIB en Atención Primaria, «muy lejos de la realidad española».
«No podemos continuar como hasta ahora. El principal problema es que la Atención Primaria sigue con el mismo modelo que en 1984; con oposiciones e interinos, por ejemplo», ha dicho, para lamentar también «la falta de tiempo con el paciente o de un modelo decimonónico de relación laboral» y reclamar otro que permita «retener a los mejores profesionales y despedir a los peores».
A su juicio, la actual situación no es solo cuestión de dinero, «que lo es», ni de modelo, «que también lo es», sino que es una crisis de valores. «Todo el mundo quiere tecnología, y Primaria es tocar. Vivimos en una sociedad líquida y la Atención Primaria se basa en la estabilidad. Tenemos que hacer ver a la Sociedad los valores de la Atención Primaria», ha añadido.
Sin embargo, la médica de familia y exconsejera de sanidad de Castilla y León, Verónica Casado, considera que el modelo intelectual de Atención Primaria sigue estando totalmente vigente. «Lo que no debería estar vigente es su financiación, su planificación, su organización y su gestión. Tenemos diagnosticada la Atención Primaria hace mucho tiempo, lo que no hacemos es tratarla. Hay fuerzas muy poderosas que están a favor de que no se actúe. En España no somos eficientes porque no hay financiación ni poder de regulación en relación al resto del sistema», ha recalcado.
A estas debilidades se suman, en su opinión, otras como el déficit de médicos de familia y la «desastrosa planificación de recursos humanos»; la sobrecarga asistencial, la burocracia y el desconocimiento político, sanitario, académico y social del valor de la Atención Primaria, entre otras como la «enorme heterogeneidad» de la práctica asistencial, la ausencia del sistema de información de resultados y el cansancio de los profesionales, agudizado este extremo tras la pandemia.
Finalmente, Casado ha defendido la necesidad de hacer política sanitaria «con mayúscula y huir de hacer política con la sanidad», y ha reclamado un pacto de Estado por la sanidad y aumentar la inversión en salud comunitaria porque «se están llenando las consultas de personas sanas».
