Sánchez ante las últimas afirmaciones de Marruecos: «Ceuta y Melilla son España, punto»

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha defendido tajante que Ceuta y Melilla son españolas después de que Marruecos haya asegurado en una carta a la ONU que no tiene fronteras terrestres con España.

«Ceuta y Melilla son España, punto», ha señalado rotundo desde su escaño, después de que la portavoz del PP, Cuca Gamarra, le hubiera conminado a que aprovechara la sede parlamentaria para «afirmar que es rotundamente falso» lo que dice Rabat y no marcharse «sin defender nuestra integridad territorial» y la soberanía de España.

Marruecos ha remitido una carta al Consejo de Derechos Humanos de la ONU en respuesta a las aclaraciones que se le habían pedido por el «uso excesivo y letal de la fuerza» contra migrantes de origen africano en los sucesos en la valla fronteriza de Melilla el pasado 24 de junio.

En su misiva, a la que ha tenido acceso Europa Press, aclaran «de nuevo» que es «inexacto» referirse a «la línea de separación entre Marruecos y Melilla» como «frontera hispano-marroquí», como afirman en su texto relatores de la ONU, puesto que «el Reino de Marruecos no cuenta con fronteras terrestres con España y Melilla sigue siendo un presidio ocupado y por este motivo, no se puede hablar de fronteras, sino de simples puntos de paso».

La afirmación del reino alauí se produce en un momento dulce en la relación entre España y Marruecos, que el pasado abril iniciaron una nueva etapa en la relación diplomática después de la carta remitida por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al rey Mohamed VI afirmando que el plan de autonomía marroquí para el Sáhara es «la base más sólida, realista y creíble» para una solución al conflicto.

Del encuentro de Sánchez con el monarca alauí el 7 de abril salió una declaración conjunta en la que, entre otras cosas, se anunciaba «la plena normalización de la circulación de personas y de mercancías» se restablecería «de manera ordenada, incluyendo los dispositivos apropiados de control aduanero y de personas a nivel terrestre y marítimo».

Esto se traduciría, según dijo el propio presidente del Gobierno desde Rabat, en la reapertura de la aduana de Melilla, cerrada por Marruecos de forma unilateral en 2018, y la apertura de una nueva en Ceuta, donde no existía hasta la fecha.

Aunque el Gobierno marroquí no confirmó en ningún momento este extremo, tampoco desmintió al Ejecutivo español y de hecho las declaraciones de un alto cargo alauí cuestionando la viabilidad geográfica de las aduanas fueron a continuación rebajadas.

El pasado 21 de septiembre, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, anunció con su homólogo marroquí, Naser Burita, a su lado, que la intención de los dos gobierno es que las aduanas abrirán durante el mes de enero.

«Hemos acordado trabajar para que el inicio del paso de mercancías de manera ordenada y gradual a través de los puestos aduaneros terrestres tenga lugar a lo largo del mes de enero», desveló Albares tras el encuentro mantenido con Burita en los márgenes de la Asamblea General de la ONU.

El ministro marroquí confirmó la intención de su país de cumplir con lo acordado en la declaración del 7 de abril y dijo que los dos países trabajarán para «un retorno a la normalidad de forma eficaz» en lo relativo al paso de personas y mercancías por los puestos terrestres y marítimos, confiando en que los «dispositivos» necesarios estén en marcha «desde el principio de año en el marco de una cooperación franca entre dos socios y amigos».

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