El Papa canonizará el domingo a Battista Scalabrini, defensor de los migrantes, dispensado de segundo milagro

ROMA, 7

El Papa canonizará este domingo 9 de octubre en el Vaticano al obispo italiano Battista Scalabrini, conocido como el santo de los migrantes, que en pleno siglo XIX se movilizó para involucrar a los gobiernos en la acogida e integración de los emigrantes europeos en Améroca.

«Es el santo de los inmigrantes por tres aspectos fundamentales. Por la sensibilidad que tenía ante el drama de la inmigración; por su implicación personal y por conseguir involucrar a los gobiernos en la integración de los inmigrantes; y por ver a Dios en el fenómeno de la migración», ha asegurado Leonir Chiarello, el superior general de los misioneros scalabrinianos.

Scalabrini fundó hasta tres instituciones para ayudar a migrantes, entre ellas, los Misioneros de San Carlo Borromeo, conocidos como «scalabrinianos». Actualmente, son unos 600 sacerdotes presentes en más de 30 países. Su labor se extiende por las principales rutas utilizadas por los migrantes y refugiados, promoviendo iniciativas para integrarlos.

Chiarello -que es descendiente de migrantes italianos en Brasil- ha explicado cómo Scalabrini, en un momento en el que cientos de italianos dejaron su tierra para buscar fortuna en el continente americano, «involucró al gobierno italiano, fue a visitar a los migrantes en Brasil, motivando a la Iglesia local para que recibiera a los migrantes, también al gobierno local».

«Cuando fue a Estados Unidos, visitó en Nueva York a los migrantes, visitó sus parroquias, a los obispos, y fue a Washington a ver al presidente Roosevelt para exigir que el país implementara leyes y programas de protección», ha asegurado.

De este modo, ha explicado como el obispo italiano, fundador de las congregaciones de los Misioneros de San Carlos Borromeo y de las Hermanas Misioneras de San Carlos Borromeo Scalabrinianas, veía que la migración era «un fenómeno estructural y no circunstancial», algo por lo que se le considera un visionario.

«Muchos en esa época decían: La migración italiana pasará, es un fenómeno muy rápido . Pero sabemos que la migración es un fenómeno estructural, pero hay cambios muy rápidos en algunos flujos migratorios, como lo que está pasando en Venezuela. También es suficiente que haya un cambio político para provocar movimientos masivos de migrantes. Por eso, nosotros prestamos atención a lo que sucede», ha asegurado.

De este modo, ha concluido que, si bien los desafíos de la inmigración han cambiado en la época actual, Scalabrini «sigue siendo un punto de referencia tanto en la metodología, como en la sensibilidad con la que trató a los inmigrantes».

«Su canonización nos ayuda a comprender cómo la comunidad cristiana debe seguir comprometiéndose hoy en día con la acogida y la integración de los emigrantes con vistas a una sociedad más fraterna», ha concluido Chiarello.

Por su parte, el postulador, padre Graziano Battistella, ha aclarado que el milagro reconocido a Scalabrini para su beatificación se refería a la curación de una monja enferma de cáncer. Sin embargo, ha explicado que el Papa ha aprobado su canonización con «una dispensa para el segundo milagro» necesario.

«El Papa –ha explicado– aceptó reconocer la santidad incluso en presencia de un solo milagro, señalando el camino de la dispensa para el segundo milagro, y consultando a todos los cardenales».

Giovanni Battista Scalabrini, obispo fundador de las congregaciones de los misioneros y de las Hermanas de San Carlos Borromeo, fue proclamado beato por el papa Juan Pablo II el 9 de noviembre de 1997 y será canonizado en una ceremonia en San Pedro el próximo domingo 9 de octubre.

Profundamente afectado por la tragedia de tantos italianos obligados a emigrar a Estados Unidos y Sudamérica a finales del siglo XIX, no permaneció indiferente: sensibilizó a la sociedad y envió a sus misioneros para ayudar y apoyar a los emigrantes en los puertos, en los barcos y a su llegada a los nuevos países.

CANONIZACIÓN DEL ENFERMERO DE LOS POBRES

Francisco también canonizará el domingo a Artémides Zatti, que se convertirá de esta manera en el tercer santo argentino y el primero no religioso, ya que perteneció a la comunidad salesiana pero como enfermero en Viedma y Carmen de Patagones a principios del siglo pasado.

El llamado enfermero de los pobres iba con su bicicleta a los lugares más alejados de Viedma y Carmen de Patagones, donde curaba a los enfermos casa por casa. Zatti falleció el 15 de marzo de 1951 y se le atribuye un milagro ocurrido en 1980.

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