La entonación, la acentuación y la emoción son estrategias efectivas para comunicarse con una persona con Alzheimer
Un estudio de la Universidad Pompeu Fabra ha mostrado que las variaciones prosódicas de los cuidadores pueden mejorar la comunicación con los pacientes de Alzheimer, y confirma que la entonación, la acentuación y la emoción son las estrategias más efectivas a la hora de comunicarse con una persona con esta demencia.
«El objetivo principal de este proyecto ha sido, por un lado, conocer la importancia que los cuidadores conceden a la comunicación con los pacientes y cuál es la manera que consideran más efectiva para comunicarse con ellos y, por otro, estudiar cuáles son las variaciones prosódicas que mejoran la atención y la comprensión de los mensajes de las personas con Alzheimer», afirma la catedrática de Psicología de los Medios y Neurocomunicación del Departamento de Comunicación de la UPF, Emma Rodero.
Para este segundo objetivo, el estudio ha querido determinar diferentes aspectos sobre cómo los pacientes de Alzheimer pueden verse afectados por las variaciones prosódicas de los mensajes que reciben: si pueden mejorar su atención cuando escuchan informaciones importantes del día a día; si pueden incrementar su motivación por ejecutar ciertas acciones; si pueden incrementar su comprensión cuando están escuchando determinados mensajes; y finalmente, si pueden influir en su estado emocional, evitando reacciones negativas.
«Nuestra investigación analiza la mejor manera de hablar a los pacientes de Alzheimer, para que presten atención y entiendan el mensaje», señala Emma Rodero. Para ello, el estudio ha realizado una encuesta en la que han participado 252 cuidadores de pacientes de Alzheimer (profesionales y familiares) y un experimento en el que han participado 60 personas (30 con Alzheimer y 30 sin esta demencia).
Esta segunda parte, más experimental, realizada principalmente en Media Psychology Lab-UPF, en el CREA y en la AFA Salamanca, ha permitido captar la respuesta fisiológica ante diferentes mensajes, mediante unos electrodos, que han medido el ritmo cardíaco y el sistema nervioso, para controlar la respuesta emocional y la atención a los mensajes que les llegan a los participantes.
¿CÓMO SE LE DEBE HABLAR AL PACIENTE Y QUÉ SE DEBE EVITAR?
En la primera parte del estudio, los resultados indicaron que los cuidadores creen que la comunicación es un factor esencial en el tratamiento del paciente y que su forma de hablar condiciona en gran medida su comportamiento.
La mayoría afirman que se les debe hablar con autoridad, pero afectuosamente y de manera positiva. Las estrategias prosódicas valoradas como más efectivas fueron la velocidad de habla lenta, enfatizar palabras importantes, una entonación marcada y un tono grave.
En la segunda parte del estudio, los resultados indicaron que las personas con Alzheimer consideraron más agradable, prestaron más atención y comprendieron mejor las estrategias prosódicas marcadas, bien sea una entonación dinámica y variada, una acentuación fuerte de las palabras, la hiperarticulación de las palabras importantes, hablar de manera cariñosa, con una velocidad e intensidad medias y con un tono medio-grave. «La entonación, la acentuación y la emoción que se transmite fueron las estrategias más efectivas», asegura Rodero.
En el extremo contrario, las estrategias menos efectivas fueron un habla paternalista, la entonación monótona, no marcar las palabras, no articular correctamente, la voz tensa, la intensidad alta, la velocidad rápida y el tono agudo.
Hubo diferencias significativas entre el grupo de control y el experimental. «Como es lógico, las personas con Alzheimer comprendieron peor los mensajes y su tiempo de reacción fue mayor que los participantes sin esta demencia. Sin embargo, los resultados fueron similares en cuanto a la efectividad de las estrategias, aunque con tendencia más marcada en el caso de las personas con Alzheimer», señala Rodero.
En definitiva, según la experta, «este estudio destaca el valor de la comunicación en la interacción con los pacientes con Alzheimer y la necesidad de prestar atención a la eficacia comunicativa de las estrategias prosódicas para mejorar la respuesta cognitiva y emocional de estos pacientes».