Identifican un mecanismo que ralentiza y previene el envejecimiento natural de las células inmunitarias
Un equipo internacional de científicos, dirigidos desde el Colegio Universitario de Londres (Reino Unido) ha publicado un estudio en la revista Nature Cell Biology en el que muestran un nuevo mecanismo que ralentiza e, incluso, previene el envejecimiento natural de las células inmunitarias.
El descubrimiento, realizado in vitro (células) y validado en ratones, ha sido «inesperado» y los expertos creen que podría extender la vida del sistema inmunológico, permitiendo que las personas vivan más sanas y durante más tiempo. Además, sugieren que tendría utilidad clínica para enfermedades como el cáncer y la demencia.
«Las células inmunitarias están constantemente en alerta máxima, siempre listas para combatir los patógenos. Para ser efectivos, también deben persistir durante décadas en el cuerpo, pero las estrategias empleadas para ejecutar esta protección de por vida son en gran parte desconocidas. En esta investigación, buscamos averiguar qué mecanismos existen para conferir longevidad a las células del sistema inmunitario, conocidas como células T, al inicio de la respuesta inmunitaria contra un antígeno, una sustancia extraña reconocida por los mecanismos de vigilancia inmunitaria de defensa de el cuerpo», han explicado los investigadores.
Cada uno de los cromosomas, presente en todas las células, contiene una capa protectora llamada telómero, una secuencia específica de ADN que se repite miles de veces y que tiene como objetivo proteger las regiones codificantes de los cromosomas y evitar que se dañen, así como actuar como un reloj de envejecimiento que controla el número de replicaciones (también conocidas como divisiones) que puede realizar una célula.
En las células T (un tipo de glóbulos blancos o células inmunitarias) los telómeros se acortan más con cada división celular. Una vez que los telómeros alcanzan una longitud críticamente corta, la célula deja de dividirse y entra en senescencia, el proceso de ser eliminado por el sistema inmunitario o persistir en un estado disfuncional alterado. Dado que el sistema inmunológico ya no funciona de manera efectiva, esto conduce a la aparición de infecciones crónicas, enfermedades cancerosas y la muerte. De hecho, el desgaste de los telómeros se ha descrito como uno de los sellos distintivos del envejecimiento .
Ante este escenario, en el estudio los investigadores iniciaron una respuesta inmune de los linfocitos T contra un microbio (infección extraña). Inesperadamente, observaron una reacción de transferencia de telómeros entre dos tipos de glóbulos blancos, la cual extendió ciertos telómeros unas 30 veces más que la extensión ejercida por la telomerasa, la única enzima sintetizadora de ADN que se dedica al mantenimiento de los telómeros en las células madre, pero no en otras células.
Al descubrir el nuevo mecanismo antienvejecimiento , el mismo equipo de investigación estableció que las vesículas extracelulares de los telómeros se pueden purificar en la sangre y, cuando se agregan a las células T, presentan actividades antienvejecimiento en los sistemas inmunitarios.
De hecho, los expertos observaron (en células humanas y ratones) que las preparaciones de vesículas extracelulares purificadas pueden administrarse solas o en combinación con una vacuna, lo que prolonga las protecciones inmunitarias duraderas que, en principio, pueden evitar la necesidad de una revacunación.