La OMS avisa de que en el informe de la Comisión Lancet sobre la COVID-19 hay «omisiones» y «malas interpretaciones»

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha asegurado que en el nuevo informe de la Comisión Lancet sobre la COVID-19 hay «omisiones clave» y «malas interpretaciones» sobre la gestión de la pandemia del coronavirus, especialmente en lo relativo a la emergencia de salud pública de importancia internacional (PHEIC, por sus siglas en inglés) y a la velocidad y el alcance de las acciones llevadas a cabo por el organismo.

Y es que, según el trabajo aludido por la OMS, los fallos globales y generalizados en la respuesta a la enfermedad provocaron millones de muertes evitables y revirtieron los progresos realizados hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU en muchos países.

De hecho, destaca «los retrasos de la OMS a la hora de declarar emergencia de salud pública de importancia internacional y de reconocer la transmisión aérea del SRAS-CoV-2 coincidieron con la falta de cooperación y coordinación de los gobiernos nacionales en cuanto a los protocolos de viaje, las estrategias de pruebas, las cadenas de suministro de productos básicos, los sistemas de notificación de datos y otras políticas internacionales vitales para reprimir la pandemia».

Al respecto, la OMS ha comentado que el informe «no transmite el arco completo de la respuesta inmediata, plurianual y salvavidas» que ha llevado a cabo desde el principio, destacando fechas clave como el 30 de diciembre de 2019, momento en el que recibió las primeras alertas de casos de neumonía de causa desconocida en Wuhan (China), o el 12 de febrero de 2020 cuando se dirigió un Foro mundial de investigación e innovación sobre el nuevo virus para hacer un balance de lo que se sabía sobre el nuevo coronavirus y establecer la agenda a seguir.

«Desde el primer día y hasta el día de hoy, la OMS, junto con nuestras redes mundiales de expertos y grupos de desarrollo de directrices, actualiza periódicamente nuestra orientación y estrategias con los últimos conocimientos sobre el virus, incluidas las actualizaciones del SPRP y la estrategia mundial de vacunación contra la COVID-19, y la undécima versión de la directriz viva de la OMS sobre la terapéutica de la COVID-19, que se publicó en julio de 2022», ha dicho el organismo de Naciones Unidas.

Por tanto, prosigue, la OMS «desempeñó y sigue desempeñando» un papel vital en la entrega de herramientas para la COVID-19 a los países que las necesitan, sobre todo a través de iniciativas conjuntas como ACT-Accelerator , Pandemic Supply Chain Network (PSCN) y el Grupo de Trabajo sobre la Cadena de Suministro de la ONU para la COVID-19.

«Advertimos repetidamente sobre el potencial de transmisión asintomática de persona a persona, especialmente la transmisión presintomática, incluso a fines de enero con la publicación de una guía de vigilancia actualizada. Emitimos orientación y protocolos de vigilancia mejorados al principio de la pandemia para identificar contactos entre personas antes del desarrollo de síntomas», ha añadido la OMS.

Finalmente, el organismo ha asegurado que continúa realizando investigaciones para actualizar y optimizar las estrategias y orientaciones, así como apoyando a los países para acceder a las vacunas, pruebas, tratamientos y demás herramientas disponibles para hacer frente a la pandemia.

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