Expertos aseguran que las intervenciones asistidas con animales son una herramienta eficaz en la prevención del suicidio
Las intervenciones asistidas con animales son una herramienta eficaz en la prevención del suicidio, según han asegurado expertos de la Cátedra Animales y Sociedad de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid (URJC).
Y es que, el suicidio afecta a personas de todas las edades, culturas y grupos poblacionales, situándose en la actualidad como la primera causa de muerte no natural y la segunda causa de muerte entre los jóvenes de entre 14 y 29 años, aunque la mayor proporción de suicidios ocurre entre los adultos de entre 40 y 59 años.
De esta forma, la situación del suicidio en España arroja cifras alarmantes como los 3.941 fallecimientos que se produjeron a este respecto en 2020, así como las 70.000 tentativas que se originaron; de las cuales más de 20.000 tuvieron consecuencias graves.
Unos datos que, en el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, que se celebrará el próximo 10 de septiembre, invitan a fomentar la necesidad de educar y sensibilizar en torno a este problema, así como a promover la importancia de aquellos tratamientos encargados de reducirlo.
En este sentido, los expertos de la cátedra han asegurado que las intervenciones asistidas con animales son una herramienta idónea para fomentar los lazos afectivos, la escucha empática y el apoyo emocional de las personas, logrando la mejoría de sus funciones físicas, psicosociales, cognitivas y emocionales.
Así, a través de los efectos beneficiosos que trae consigo la vinculación entre el ser humano y los otros animales, se reduce la conducta suicida y aumenta la predisposición a buscar ayuda entre personas de cualquier área de la población, que se benefician de las mismas mediante el soporte emocional que pueden llegar a aportar.
«Los animales son un instrumento excelente para canalizar las emociones y, por ello, las terapias llevadas a cabo con personas con tendencias suicidas suelen tener resultados satisfactorios. Estas intervenciones, generalmente realizadas con perros, son ideales para cualquier individuo con altos niveles de estrés, ansiedad o depresión, logrando una mejora emocional, física y social en cada uno de ellos. Por ello, resulta fundamental continuar realzando los beneficios terapéuticos que conlleva esta interacción a través de los diferentes proyectos que trabajamos», ha dicho la directora de la cátedra, Nuria Máximo.
De hecho, se ha demostrado que esta unión genera estabilidad emocional a la vez que alivia el sentimiento de soledad y aislamiento social, desarrollando asimismo los niveles de empatía, generando vínculos de apego e, incluso, fomentando la práctica regular de ejercicio, al contribuir a estabilizar la frecuencia cardiaca y la presión arterial.
«Diversos estudios afirman que el 50 por ciento de la población general sufrirá tendencias suicidas entre moderadas y severas a lo largo de su vida y, por ello, la terapia asistida con animales que busca dotar de apoyo emocional a las personas en momentos de dificultad, soledad o sufrimiento tienen una importancia cada vez más primordial en la sociedad. No obstante, es imprescindible contar con un plan nacional de prevención del suicidio para poder sensibilizar realmente sobre este problema de salud pública, desplegando políticas preventivas en los centros de enseñanza a este respecto, desarrollando entre los adolescentes aptitudes socioemocionales para la vida y aprendiendo a detectar, evaluar y tratar estas conductas», ha enfatizado Máximo.
Por otro lado, ha informado de que existe una estrecha relación entre enfermedad mental y suicidio, ya que el 90 por ciento de aquellos que se quitan la vida tienen uno o más trastornos psiquiátricos. En este sentido, la Cátedra Animales y Sociedad puso durante este año en marcha el programa Creando Lazos , un proyecto de investigación de Terapia Asistida con Perros desarrollado en un centro de la Asociación de Familiares y Personas con Enfermedad Mental de Asturias (AFESA) en colaboración con la asociación Entrecanes, destinada a personas adultas con diagnóstico de trastorno psicótico.