La UIMP celebra sus 90 años mirando al centenario y apostando por seguir siendo «esa isla de libertad»
La Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) cumple este martes 90 años desde que su fundación, el 23 de agosto de 1932, y lo ha celebrado con un acto de homenaje a todos los que han sido rectores y en el que se ha repasado su historia y también se ha mirado al futuro, en el que la institución desea poder seguir siendo «un espacio de convivencia» en el que abordar los grandes retos de la sociedad y «esa isla de libertad», como la definió el poeta José Hierro durante la Transición.
De hecho, el acto ha estado marcado por la mirada al pasado con el recuerdo a la labor de todos los rectores e intelectuales que pasaron por la Universidad en sus primeros años de vida, así como por la lección magistral que ha impartido el profesor Juan Pablo Fusi, quien ha repasado la historia de España en las últimas décadas y su vínculo con la UIMP, que «coronó el despertar cultural» que a su juicio vivió el país desde 1890 hasta 1930 y su creación fue «un acierto histórico excepcional».
La UIMP ha tenido que superar «muchas dificultades» durante sus nueve décadas, especialmente en la época de la Dictadura y la Transición, y por ello ha reconocido hoy la labor de todos sus rectores. El actual, Carlos Andradas, ha puesto en valor que lo que es ahora la Universidad es gracias a lo que hicieron todos ellos.
«Hemos sido capaces de ir añadiendo capítulos al libro de la historia de nuestra Universidad huyendo de la tentación de borrar lo anterior para reescribir lo nuestro», ha dicho tras hacer entrega de las medallas del aniversario, que han recogido en algunos casos los propios exrectores y en otros sus familiares o allegados.
Así, el acto ha contado con la representación de Ramón Menéndez Pidal, Blas Cabrera, Ciriaco Pérez Bustamante, Francisco Ynduráin, Raúl Morodo, Santiago Roldán, Ernest Lluch, José Luis García Delgado, Luciano Parejo, Salvador Ordóñez, Cesar Nombela, Emilio Lora-Tamayo y María Luz Morán; todos los rectores que ha tenido la UIMP salvo Florentino Pérez Embid, del que no se ha encontrado un representante.
Además, se ha nombrado rectores honorarios a los dos últimos antes de Andradas, Emilio Lora-Tamayo y María Luz Morán -los únicos que no contaban con esta distinción-, esta última ausente y que ha dejado la recogida de su distinción en manos de la vicesecretaria de la UIMP, Carmen Losa.
Mientras, Lora-Tamayo, que ha aludido a los «excelentes recuerdos» que guarda de su mandato y ha apostado por aprovechar los retos a los que se enfrenta la Universidad como «oportunidades» para avanzar, ha sido uno de los rectores presentes hoy, junto a Salvador Ordóñez y José Luis García Delgado, que ha hablado en nombre de todos los homenajeados, al igual que lo ha hecho la nieta de Blas Cabrera, Ana María Cabera.
Esta última ha destacado como su abuelo, que rigió la UIMP de 1934 a 1936, cuando comenzó la Guerra Civil, trabajó «sin descanso para este país» de la mano de los mejores físicos de la época -fue anfitrión de la visita a España de Albert Einstein en 1923 y fue uno de los científicos que introdujo la teoría de la Relatividad en el país- y murió en el exilio en México.
Por su parte, García Delgado ha remarcado el «acierto» que supone este acto de reconocimiento a todos los mandatarios, para celebrar «lo hecho antes» y a la vez «proyectarse hacia delante», mirando atrás «no para saldar cuentas sino para reforzar la apuesta de futuro».
En la misma línea se ha expresado el actual rector, destacando cómo sus predecesores han ido «dejando su impronta» en la institución, que desea que siga siendo «una universidad singular, distinta», consciente de que esa diferencia es «lo que nos hace únicos».
Además, ha apostado por seguir siendo «esa isla de libertad» que cuente con las figuras intelectuales «más prestigiosas» y ofrezca una «voz firme, pero reposada», basada en la reflexión y el diálogo para, como reza el lema del 90 aniversario, seguir «anticipándonos al futuro».
Andradas también ha aprovechado para reivindicar más autonomía universitaria, para la que ha instado a explorar otras fórmulas jurídicas más acordes a la actualidad que la que tiene desde hace 40 años, aprovechando la tramitación del proyecto de ley orgánica del sistema universitario que arrancará en septiembre en el Congreso.
También han intervenido el secretario general de Universidades, José Manuel Pingarrón; el presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla; y la alcaldesa de Santander, Gema Igual, y han estado presentes el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell -que dirige esta semana un curso en la UIMP-, y la vicepresidenta del Senado, Cristina Narbona, entre otras autoridades.
Revilla ha puesto en valor que la UIMP es una de las instituciones que han convertido a Cantabria en «algo más que un espectáculo de National Geographic en directo», mientras que la alcaldesa la ha calificado como «una de las instituciones más queridas de la ciudad, de la que «siempre presume como una de las banderas del espíritu cosmopolita» de Santander».
ACIERTO HISTÓRICO EXCEPCIONAL
Antes de sus intervenciones, la lección magistral de Juan Pablo Fusi ha repasado durante casi una hora la historia de España desde la creación 1932 de la entonces Universidad Internacional de Verano de Santander, que a su juicio fue «un acierto histórico excepcional», como «ha corroborado toda la trayectoria posterior de la institución».
«Se acertó en la definición y funciones de la nueva Universidad. Se habló y se pidió -ha recordado Fusi- que fuera más Universidad que verano y, efectivamente, ha sido mucho más Universidad que ninguna otra cosa».
Y se acertó también, ha añadido, en «la elección de las primeras autoridades académicas: los dos primeros rectores -Don Ramón Menéndez Pidal y Don Blas Cabrera-, el secretario general de la Universidad, Pedro Salinas, y sus colaboradores», al ser «tres personalidades señeras de la cultura española del siglo XX».
El experto, también doctor en Filosofía y Letras, ha apuntado que el primer curso de verano de la Universidad, impartido al año siguiente de su creación, fue «premonitorio» por sus participantes, entre ellos Enrique Moles, que presidió la primera reunión internacional de química y una de las primeras que se celebraron en Europa y que fue» memorable».
También tomaron parte Ortega y Gasset, Américo Castro, Jorge Guillén, Dámaso Alonso, Gerardo Diego o Lorca, que con La Barraca representó Fuente Ovejuna y La vida es sueño . En total, ese verano participaron más de 400 estudiantes en los cursos y conferencias que se impartieron en la capital cántabra, algunas de las cuales estuvieron «abarrotadas».
Así, ha resaltado que la UIMP «nació de forma superlativa» y «no fue un hecho aislado», remarcando que la relación de nombres de los primeros participantes «eleva de forma súbita e inmediata el pulso y tono de nuestro propio horizonte intelectual».
Fusi también ha elogiado el «clima intelectual intenso, libre, distendido y placentero» de esta Universidad, algo que junto a los «usos» de la institución académica ha achacado a la «labor continuada» de los rectores que la han dirigido, por lo que ha calificado el homenaje rendido a los últimos que han estado al frente de la UIMP en el acto del noventa cumpleaños de la institución como «un ejercicio de elegancia necesario y positivo».
Ha concluido su intervención, titulada Reflexiones sobre la España contemporánea: Mirando hacia atrás sin ira , resaltando el «papel determinante» que esta Universidad ha tenido en la vida pública, tal y como se contempló en su puesta en marcha.
«Ese es el reto», ha dicho dirigiéndose al actual rector, para «los próximos 90 años»: «Que como tal Universidad internacional siga empeñada en ocuparse de todo saber inteligente en su dimensión internacional».