HRW insta al Gobierno de Japón a presionar a Camboya para que ponga fin a la represión sindical
La ONG Human Right Watch (HRW) ha instado este lunes al Gobierno japonés a que presione a las autoridades de Camboya para que dejen de utilizar autobuses públicos financiados por Japón para expulsar a la fuerza a trabajadores en huelga de los piquetes en Nom Pen, la capital.
Según ha explicado la organización en un comunicado, las autoridades camboyanas habrían arrestado a decenas de activistas sindicales en huelga y los habrían sacado a la fuerza del lugar de la huelga en autobuses públicos financiados por Japón, transportándolos a las afueras de la capital o a lugares de cuarentena por la COVID-19.
«Japón debería exigir que las autoridades camboyanas dejen de hacer mal uso de los autobuses provistos con dinero de los contribuyentes japoneses o se enfrentarán a ser cómplices de los abusos del Gobierno camboyano contra los trabajadores en huelga», ha asegurado la responsable para Asia de HRW, Teppei Kasai.
«El gobierno japonés debería promover los derechos de los trabajadores en el extranjero y no permitir que la ayuda exterior se utilice para socavarlos», ha agregado.
Esta declaración se da después de que la compañía camboyana NagaWorld Casino despidiera a 1.329 trabajadores en abril de 2021, momento desde el cual los exempleados han estado protestando frente al casino en el centro de Nom Pen.
En este sentido, el 27 de septiembre de 2016, el Gobierno japonés firmó un programa de subvenciones de casi 1.400 millones de yenes (casi 10 millones de euros) para donar 80 autobuses a Camboya.
Por este motivo, HRW ha solicitado a Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA) que revele si el Ejecutivo nipón había expresado preocupaciones o tomado alguna medida con respecto al mal uso de los autobuses por parte del Gobierno de Camboya.
Por otra parte, la ONG ha detallado que el despido masivo de NagaWorld Casino en abril de 2021 incluyó al presidente de Labor Rights Supported Union of Khmer Employees of NagaWorld (LRSU), Chhim Sithar, y a otros líderes sindicales y activistas. Desde entonces, el sindicato ha exigido la reincorporación de los trabajadores despedidos, en particular de los líderes sindicales.
El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, que Camboya ha ratificado, establece el derecho de huelga, ha recordado HRW.
«El derecho de huelga es un derecho que los trabajadores y sus organizaciones, incluidos sindicatos y federaciones, tienen derecho a disfrutar «, ha resaltado en el escrito.
El uso de los vehículos por parte del gobierno de Camboya para ayudar a disolver por la fuerza las protestas sindicales pacíficas socava los derechos de los trabajadores a la huelga, la libertad de expresión, la libertad de asociación y la negociación colectiva, ha insistido la organización.
«El compromiso del Gobierno japonés de cumplir con su carta de asistencia para el desarrollo generará serias dudas si no se toman medidas inmediatas y efectivas para terminar con el mal uso de los autobuses en Camboya», ha dicho Kasai.
«Tokio debería enviar un mensaje claro al gobierno de Camboya de que el respeto por los derechos humanos es fundamental para la relación bilateral», ha agregado.
, que cualquier restricción a este derecho «no debe sea ??excesivo», y que el «ejercicio legítimo del derecho de huelga no debe acarrear sanciones lesivas de ningún tipo, que impliquen actos de discriminación antisindical».