Etiopía.- Etiopía deniega el permiso a la presidenta de MSF para realizar una visita a la región de Tigray
Gil tampoco pudo reunirse con miembros del Gobierno para abordar el asesinato de tres trabajadores de la ONG en 2021
El TPLF acusa al Gobierno de impedir las visitas a Tigray e interponerse «en la vía del acceso humanitario»
La presidenta de Médicos Sin Fronteras (MSF) España, Paula Gil, ha afirmado este martes que no recibió permiso de las autoridades para visitar la región de Tigray (norte) durante una visita de seis días al país coincidiendo con el aniversario del asesinato de tres trabajadores de la ONG en esta región, sumida en un conflicto desde noviembre de 2020.
Gil ha señalado que concluyó «con gran decepción» su visita de seis días a Etiopía y ha agregado que, un año después del asesinato de tres colegas en la región de Tigray, el 24 de julio de 2021, esperaba reunirse con las familias enlutadas y «continuar las discusiones con el Gobierno federal etíope sobre el caso».
«En cambio, las autoridades no me concedieron permiso para visitar Tigray, lo que significaba que no podía rendir homenaje a las familias de Tedros y Yohannes, nuestros dos colegas etíopes que fueron brutalmente asesinados, ni informar a las familias sobre el progreso de la revisión interna de MSF del incidente», ha explicado.
Así, ha subrayado que no pudo reunirse con representantes del Gobierno etíope «para continuar la discusión sobre su investigación» sobre el asesinato de sus tres compañeros, «a pesar de las solicitudes enviadas a los ministerios de Exteriores, Justicia y Defensa.».
«Estamos angustiados porque, después de más de un año de compromiso con las autoridades etíopes, todavía no tenemos respuestas creíbles sobre lo que les sucedió a nuestros colegas ese día», ha lamentado Gil, según un comunicado publicado por MSF a través de su página web.
En este sentido, ha subrayado que esperaba que su visita «fuera un paso decisivo» en estos esfuerzos y ha añadido que «es momento de reflexionar sobre los próximos pasos». «Seguiremos buscando la rendición de cuentas por el asesinato de nuestros colegas utilizando todos los medios y vías posibles», ha argüido.
«Después de 20 meses de conflicto, ahora sumado al aumento de la inseguridad alimentaria y la desnutrición, estoy sumamente preocupada por la terrible situación que enfrentan las poblaciones sin acceso a servicios médicos vitales», ha remachado Gil.
Por su parte, el portavoz del Frente Popular para la Liberación de Tigray (TPLF), Getachew Reda, ha acusado a las autoridades del país de «impedir las visitas planeadas a Tigray por parte de miembros de la ONU y representantes de países, así como de embajadores» y ha señalado que «el régimen de Adís Abeba se interpone en la vía del acceso humanitario al bloquear el acceso a Tigray y renegar de sus promesas sobre la restauración de servicios básicos».
«También está impidiendo los viajes a los diplomáticos que tratan de facilitar la paz. Este es el patrón de comportamiento del régimen, que tiene poca intención de alcanzar la paz y está interesado únicamente en confundir a la comunidad internacional», ha indicado en un mensaje difundido a través de su cuenta de Twitter. «Es raro que nadie haya pedido explicaciones al régimen por esto», ha insistido.
MSF conmemoró el 24 de junio los asesinatos de tres de sus compañeros, entre ellos una trabajadora humanitaria española, en Tigray y expresó su tristeza e indignación ante la falta de respuestas sobre este incidente, del que ningún grupo ha asumido la responsabilidad.
El conflicto en Etiopía estalló tras un ataque del TPLF contra la principal base del Ejército, situada en la capital de Tigray, Mekelle, tras lo que el primer ministro, Abiy Ahmed, ordenó una ofensiva contra el grupo tras meses de tensiones a nivel político y administrativo. En la actualidad hay en vigor una «tregua humanitaria», si bien ambas partes se han acusado de impedir la entrega de ayuda.
El TPLF acusa a Abiy de azuzar las tensiones desde su llegada al poder en abril de 2018, cuando se convirtió en el primer oromo en acceder al cargo. Hasta entonces, el TPLF había sido la fuerza dominante dentro de la coalición que gobernó Etiopía desde 1991, el Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope (EPRDF), sustentada en las etnias. El grupo se opuso a las reformas de Abiy, que consideró como un intento de socavar su influencia.