El Instituto Elcano avanza un futuro global «más incómodo que el de los últimos 30 años» como consecuencia de la guerra
El investigador principal del Real Instituto Elcano, Ignacio Molina, ha avanzado que el futuro global será «más incómodo, más antipático que el de los últimos 30 años» como consecuencia de la guerra en Ucrania, que supone un enfrentamiento entre el modelo europeo de estado-nación, liberal y democrático, y el modelo del Imperio Ruso.
Así lo ha dicho hoy en Santander, en la rueda de prensa que ha ofrecido, junto con el presidente del Real Instituto Elcano, José Juan Ruiz, con motivo del seminario El mundo tras la guerra en Ucrania que se celebra en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).
Molina ha explicado que se barajan varios escenarios y en ellos hay elementos que «alimentan el pesimismo» hasta desde un punto de vista estructural. «Incluso en el mejor de los escenarios la situación puede ser muy complicada», ha advertido.
El investigador ha considerado «inaceptable» para Occidente que se «asiente» el precedente de la agresión de un estado a otro, máxime cuando el agresor es un estado de características imperiales y una potencia nuclear. «Eso no lo hemos visto, no forma parte del orden internacional salido de la II Guerra Mundial y del fin de la Guerra Fría», ha dicho.
En su opinión, el momento actual es «muy fundador, un claro parteaguas» pero «desgraciadamente no para hablar de que el orden internacional, la gobernanza global, la globalización están avanzando sino al revés: hay una potencia revisionista que es Rusia que está replanteando todo esto». Y en este marco la respuesta de Occidente y del sur global, especialmente Latinoamérica, presenta «enormes desafíos».
«El horizonte en este momento es complejo, no particularmente positivo», ha considerado Molina, si bien ha indicado que la guerra ha dado lugar a un reforzamiento de la unidad de Europa y a «una cierta pérdida de la ingenuidad, de que el mundo salido de la Guerra Fría era un mundo basado en reglas, en comercio abierto; que los conflictos entre estados eran algo del pasado».
Para el investigador, «había una cierta ingenuidad y esa madurez que supone la respuesta forma parte de algo que tienen que hacer las sociedades ante el futuro al que nos enfrentamos, que es más incómodo, más antipático, del que estamos acostumbrados en los últimos 30 años».
Por su parte, Ruiz ha repasado los contenidos del curso, que ha analizado los escenarios de la guerra en Ucrania, sus consecuencias y salidas.
Se ha referido a la intervención en la sesión inaugural del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, sobre la «radical incertidumbre» de los tiempos y la obligada recomposición del orden mundial, desmontado por la guerra.
También, a la necesidad de que Europa atraiga a otros socios de Occidente, del otro lado del Atlántico, especialmente de Latinoamérica, y del Sur global.
Respecto a Iberoamérica, Ruiz ha subrayado que comparte con el Viejo Mundo la visión «democrática, liberal y de respeto a los Derechos Humanos», así como la importancia de «no dejar aislado a un continente». «Queremos que tenga voz» en la geopolítica, ha dicho.
Además, en el curso se ha tratado sobre seguridad y defensa en la Unión Europea ante una nueva situación de competencia geopolítica sin restricciones, donde se ha puesto en valor la importancia de la UE y la OTAN; y sobre las consecuencias energéticas a las que se enfrenta Europa y el «reto de la transición energética» que trae la crisis y los costes para los ciudadanos.
Las conclusiones del curso se publicarán en otoño.