El asesino de Esther Escobar se retracta de su confesión: «Tenía deudas con el club de alterne»

La familia contempla en el asesinato la agravante de género al cometerse el crimen por «el hecho de ser mujer» y estar «obsesionado» con ella

El presunto asesino de Esther Escobar Ríos, la mujer que recibió en febrero de 2020 un tiro en la sien en Ciudad Lineal, se ha retractado en el juicio del crimen que confesó a la Policía Local de Albacete y ha negado ser el autor del asesinato, manifestando en su relato que la víctima tenía deudas con el club de alterne donde ejercía la prostitución y que él huyó por miedo «a que le mataran».

El juicio ha arrancado esta mañana en la Audiencia Provincial de Madrid con un jurado popular. El acusado, de 64 años, se enfrenta a una petición fiscal de 26 años y medio de cárcel por un delito de asesinato y tenencia ilícita de armas.

La acusación particular, en nombre de la familia de Esther, eleva a 30 años de prisión la petición de condena por asesinato con las agravantes de reincidencia y de género, así como un delito de tenencia ilícita de armas.

La defensa reclama la libre absolución de su cliente al considerar que no hay prueba de cargo, defendiendo que conocía solo la víctima al ser su cliente en un club de alterne.

Antonio Leal fue condenado en noviembre de 2009 por un delito de intento de homicidio a una pena de 16 años de internamiento en centro psiquiátrico. Se encontraba en libertad desde 2013 al tener informes favorables a su salida con tratamiento terapéutico, según han indicado a Europa Press fuentes jurídicas.

«La mató por el hecho de ser mujer», ha aseverado en su informe previo al juicio el abogado Juan Manuel Medina, quien ha subrayado que existió una «obsesión» de una persona por otra que no quería mantener una relación.

La agravante de genero que aprecia la familia estaría corroborada por el círculo familiar de la víctima al ser testigos del acoso que sufría la mujer por parte de Antonio, quien le perseguía a diario y le mandaba multitud de mensajes amenazantes. Los familiares declararán el próximo miércoles.

El abogado defensor del Turno de Oficio ha destacado en su informe previo que «no hay suficiente prueba de cargo ni grandes indicios contra su representado», recriminando a los investigadores que no ampliaran el campo de investigación y se apuntara a Antonio por vivir cerca de lugar del crimen.

«No hay testigo directos ni se encontró el arma. Mi cliente la conoció en un prostíbulo. No entendemos esa referencia a los celos porque era solo una amistad y mi cliente intentó que dejara ese trabajo», ha expuesto.

El crimen de Esther, de 40 años y madre de 4 hijos, se produjo a las siete de la tarde del 26 de febrero de 2020 cuando la mujer caminaba por el número 6 de la calle Virgen de los Reyes, en Ciudad Lineal. El asesino se le acercó y le disparó a bocajarro. Tras el disparo, huyó del lugar.

El asesino se entregó cuatro días después en la Policía Local de Albacete, donde confesó haber matado a una mujer. Durante esos días, se tatuó el nombre de Esther en la mano. En instrucción, nunca reconoció los hechos.

A su llegada a los juzgados, el abogado de la familia, Juan Manuel Medina, ha subrayado que hay suficiente prueba de cargo para enervar su presunción de inocencia, entre ella las imágenes de las cámaras de videovigilancia instaladas en la zona y las testificales.

Cuando Antonio se entregó a la Policía, vestía la misma camisa que llevaba el día del crimen y en cuyo análisis se detectaron restos de pólvora. La Policía le incautó en su coche tres armas de fuego, sin identificar el arma homicida.

El asesino y la víctima mantenían una relación de amistad con encuentros esporádicos. Se conocieron en un local de alterne. La negativa de la mujer a constituirse como pareja habría sido el detonante del crimen.

PSICOPATÍA PARANOIDE

En su declaración, ha manifestado que no la disparó pero que estuvo con ella por la mañana. «Tomamos unas cervezas y estuvimos en un hotel y la dejé en la puerta de su casa. Al día siguiente, me enteré que la habían matado», ha relatado y ha explicado que Esther tenía problemas de deudas con el club.

«Jamás la amenacé. Todo lo contrario. Hice lo mejor que pude por ella y la quise sacar del club. Lo único que hice por ella fue todo bueno, no hice nada. Me entró miedo cuando supe que la habían matado y me fui por miedo a que me mataran», ha narrado.

El acusado, que afirma sufrir una psicopatía paranoide, ha negado que confesara el crimen a la Policía Local de Albacete y que les manifestara que estaba harto de que mantuviera relaciones con otras personas.

HECHOS JUZGADOS

En el escrito de acusación, el fiscal relata que sobre las 19.10 horas del 26 de febrero de 2020, el acusado se dirigió a la calle Virgen de los Reyes de Madrid donde se aproximó a Esther, de 40 años de edad.

En ese momento, sacó sorpresivamente una pistola del calibre 6,35 y apoyando el cañón del arma en la sien izquierda de la cabeza de Ester realizó un disparo que le produjo una extensa hemorragia subaracnoidea, laceración de la base del lóbulo temporal izquierdo, tienda del cerebelo y tronco del encéfalo. Murió ese mismo día en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid.

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