La resonancia magnética nuclear multiparamétrica es un «gran avance» en la detección y diagnóstico de cáncer de próstata
Expertos han apuntado que la resonancia magnética nuclear multiparamétrica (RMN) es un «gran avance» en la detección y el diagnóstico de cáncer de próstata.
Este sábado se conmemora el Día Mundial del Cáncer de Próstata, patología que afecta a más de 1,2 millones de personas en el mundo, cuyo fin es sensibilizar y concienciar a la población masculina de la importancia del diagnóstico precoz y la aplicación del correspondiente tratamiento.
El cáncer de próstata es el cáncer más frecuente en el varón y el segundo en mortalidad. La Sociedad Americana de Cáncer predice que uno de cada siete hombres será diagnosticado de cáncer de próstata durante su vida. Tan solo en España, el año pasado se registraron 34.000 nuevos casos estando en el 90 por ciento de los casos en una fase todavía localizada de la enfermedad.
«El manejo de esta enfermedad es complejo debido a la dificultad para conocer con seguridad la estadificación y su velocidad de progresión, siendo mucho más frecuente el cáncer de próstata que no supondría relevancia clínica (cáncer indolente-latente-no significativo), que el cáncer de próstata agresivo y con riesgo de extensión y progresión», afirma el doctor Jesús Cisneros, destacado urólogo experto en cirugía laparoscópica y jefe del servicio de Urología del Hospital La Luz de Madrid.
Según este experto, el diagnóstico precoz del cáncer de próstata depende en gran medida de la determinación en sangre del antígeno prostático específico (PSA) y del tacto rectal. Ambas pruebas no son específicas y un resultado sospechoso aconseja la realización de una biopsia de próstata dirigida por ecografía para confirmar el diagnóstico.
«Esta biopsia consiste en obtener pequeñas muestras aleatorizadas de la próstata para saber si el crecimiento prostático es benigno o existen células malignas», pormenoriza.
Tal y como explica el doctor Ángel Tabernero, jefe Asociado del servicio de Urología del Hospital la Luz, en la última década la resonancia magnética de próstata ha evolucionado para intentar mejorar este manejo poco eficaz del diagnóstico del cáncer de próstata y poder ser incluida como herramienta en la toma de decisiones para mejorar la rentabilidad diagnóstica del cáncer de próstata y de forma secundaria su tratamiento.
«A su vez, recientemente se ha desarrollado la técnica de fusión de resonancia magnética con biopsia guiada por ecografía. La RMN multiparamétrica supone un gran avance en la detección y diagnóstico ya que ofrece mayor resolución que la ecografía y sobre todo permite detectar aquellos tumores agresivos con riesgo de progresión», ha subrayado el doctor Tabernero.
El objetivo en los próximos años, según Tabernero, es que la progresiva optimización de la técnica permita incluir de rutina biopsias guiadas con fusión de imágenes a todos los pacientes con criterios clínicos de sospecha de cáncer de próstata significativo, y evitar aproximadamente el 40 por ciento de las biopsias innecesarias actuales.
El doctor Jesús Cisneros describe que existen tres métodos posibles para llevar a cabo la cirugía radical de cáncer de próstata: «la cirugía abierta tradicional, la laparoscópica pura o con asistencia robótica». «La principal ventaja de la cirugía laparoscópica es la visualización del campo operatorio, donde la profundidad de campo permite un abordaje con mayor precisión y exactitud, con disecciones más finas y delicadas, respetando los tejidos circundantes y mejorando los resultados funcionales», ha esgrimido.
Tabernero ha indicado que el abordaje laparoscópico «reduce las molestias y el dolor posoperatorio, tiene menos riesgo de infecciones y pérdida de sangre, así como una menor estancia hospitalaria».
En opinión del doctor Cisneros, la prostatectomía radical laparoscópica es uno de los procedimientos que permite la extirpación de la glándula prostática en caso de un cáncer de próstata, con óptimos resultados.
Un 80 por ciento de los pacientes diagnosticados de cáncer de próstata siguen vivos a los 10 años del diagnóstico, gracias a la eficacia de los tratamientos actuales y al diferente grado de agresividad de los tumores diagnosticados, «de ahí, el gran interés de evitar secuelas como la incontinencia y la disfunción eréctil, que tienen un gran impacto en el deterioro de la calidad de vida», concluye Tabernero.