Descubren una modificación estructural en una proteína que podría traer tratamientos más eficaces contra el cáncer
Un equipo dirigido por Sehamuddin Galadari, catedrático de biología, vicerrector principal de investigación de la Universidad de Nueva York en Abu Dhabi (Emiratos Árabes Unidos), ha descubierto una nueva modificación estructural en la proteína quinasa activada por AMP (AMPK) durante la terapia contra el cáncer que podría allanar el camino para el desarrollo de tratamientos más eficaces contra el cáncer.
La AMPK funciona normalmente como un sensor de energía celular que se activa cuando hay escasez de energía en el organismo. Una vez activada, la AMPK pone en marcha eventos en la célula que restablecen el equilibrio energético. El componente principal de la AMPK existe como dos isoformas (proteínas funcionalmente similares): AMPK-a1 y AMPK-a2.
En un artículo publicado en la revista científica Cell Reports , el equipo de investigación identificó que la enzima caspasa-3 escinde específicamente la AMPK-a1 (pero no la -a2) durante el tratamiento anticanceroso.
Los científicos también identificaron la ubicación precisa del truncamiento -el proceso de acortar algo eliminando una parte del mismo- y descubrieron que, como resultado, la AMPK-a1 escindida queda atrapada en el núcleo celular.
Los hallazgos tienen una gran importancia clínica y biológica porque ayudarán a los investigadores a diseñar y desarrollar un fármaco que se dirija específicamente a la AMPK-a1 escindida dentro del núcleo, lo que podría aumentar la eficacia de la quimioterapia o la radioterapia existentes.
«A pesar de los avances en la investigación biomédica y las aplicaciones clínicas, el cáncer sigue siendo una de las principales causas de muerte en todo el mundo. La mayoría de los medicamentos contra el cáncer actúan induciendo la muerte de las células cancerosas. Sin embargo, la resistencia a la terapia sigue siendo el principal factor que limita la consecución de curas contra el cáncer. En nuestro trabajo basado en modelos de cultivo celular, observamos que la AMPK-a1 escindida y retenida en el núcleo confiere protección frente a la muerte celular inducida por los fármacos anticancerígenos, causando resistencia a la quimioterapia», ha comentado Galadari.
El estudio se ha realizado en colaboración con el profesor Grahame Hardie, de la Escuela de Ciencias de la Vida de la Universidad de Dundee (Escocia). Hardie, pionero en la investigación de la AMPK, descubrió y definió la AMPK en la década de 1980 y caracterizó varias de sus funciones.