Recomiendan no etiquetar los alimentos como buenos y malos para prevenir los trastornos alimentarios
La Copa COVAP, iniciativa deportiva y educativa infantil organizada por la Cooperativa Ganadera del Valle de los Pedroches (COVAP), y el Consejo General de la Psicología de España (COP) han recomendado no etiquetar los alimentos como buenos y malos para prevenir los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) en la infancia.
«Se trataría de flexibilizar lo que comemos sin criminalizar ni prohibir ciertas comidas, entendiendo que hay productos de consumo menos frecuente y otros que es necesario tomar con más asiduidad», ha avisado la psicóloga experta en TCA del Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Occidental (COP-AO) y coordinadora del Grupo de Trabajo de Psicología de Nutrición, Mar Suárez.
Los trastornos de la alimentación son problemas de salud mental que sufre en torno al seis por ciento de la población con edades comprendidas entre los 12 y 21 años, según datos como los incluidos en el informe de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), en el que también se destaca que la prevalencia de los TCA es mayor en niñas que en niños.
Además, tal y como ha matizado la psicóloga, estos se han agudizado en los dos últimos años debido a las restricciones, acompañados por los problemas emocionales que una situación social como esta ha generado en los menores con cambios de hábitos que afectan a la actividad física y a la alimentación.
Todo esto sumado explica que los casos de trastornos de la alimentación hayan aumentado y cada vez se den más en edades tempranas. En cuanto a los alimentos, Suárez ha advertido de que «no es suficiente» con comer productos saludables, sino que también es necesario seguir una conducta alimentaria saludable, sobre todo en una sociedad en la que existe una inadecuada relación con la comida.
Asimismo, la experta ha alertado sobre la falta educación alimentaria, un aspecto que aprovecha la cultura de la dieta para darle a los alimentos valores morales. «Esto hace que el comer ciertos productos lo asociemos con algo negativo, prohibiéndolos de manera contundente y convirtiendo la relación con la comida en algo patológico; justo aquí puede venir el riesgo de atracón o de comer de forma impulsiva, por poner un ejemplo», ha dicho.
LA OBESIDAD, OTRO GRAN ESCOLLO PARA LA SALUD FÍSICA Y MENTAL
El confinamiento no solo ha tenido un impacto acuciante en los trastornos de la alimentación; por ejemplo, las personas que sufren obesidad también se han visto afectadas, como sostiene este estudio publicado en la European Eating Disorders Review .
De esta forma, la obesidad infantil, que la padece el 17 por ciento de los escolares de acuerdo con este trabajo de investigación de la Universidad Complutense de Madrid, ha aumentado su prevalencia entre los niños.
«Con idea de prevenirla, desde la Copa COVAP y el COP se ha apostado por los hábitos saludables, poner el foco no solo en qué comemos», sino también en cómo comemos , y enseñar a los niños a comer en casa, ya que los más pequeños imitan a los padres y a través de ellos ven la forma más correcta de alimentarse», ha aseverado la especialista Mar Suárez.