Banco Sabadell tiene 400 millones en hipotecas con clientes rusos y ucranianos
Avisa del riesgo de que los bancos centrales tensionen «en exceso» su política monetaria
Banco Sabadell tiene préstamos hipotecarios con clientes rusos, ucranianos o bielorrusos que residen fuera de España por un importe cercano a 400 millones de euros, lo que representa un 0,25% del crédito vivo del grupo al cierre de 2021, según revela en el documento de registro universal remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Los inmuebles que garantizan dicha exposición están situados en España, con un loan to value medio del 44% y operaciones con más de 6 años de antigüedad.
Esta exposición a clientes rusos y ucranianos es superior a la que tienen otras entidades españolas, que asciende a 185 millones de euros en el caso de CaixaBank, a 80 millones en el caso de Santander, a 58 millones de euros en el caso de BBVA y a 25 millones en el caso de Abanca, según recogen los últimos documentos de estas otras entidades consultados por Europa Press.
En cualquier caso, Banco Sabadell asegura que, con respecto al conflicto entre Rusia y Ucrania, tiene un «riesgo limitado» de crédito con particulares y empresas, así como de riesgo de contraparte con instituciones financieras de ambos países.
Según Sabadell, el conflicto bélico genera un riesgo adicional sobre la actividad económica, el crédito y la calidad del mismo. Además, la situación de elevada incertidumbre representa un factor más de impacto económico.
En el documento, el banco explica que, si bien la economía mundial se encuentra condicionada por la evolución de la guerra, el impacto directo del deterioro económico en Rusia sobre el PIB de España «debería ser limitado, dado que los vínculos con Rusia son reducidos» (las exportaciones de bienes españoles a Rusia representaron el 0,7% del total de exportaciones en 2021).
El principal canal de transmisión a la economía sería a través del aumento de los precios de la energía y de las materias primas derivado del conflicto y de las sanciones impuestas a Rusia por parte de las economías occidentales, lo que puede suponer «un importante aumento de costes que presione la renta de los hogares y los márgenes empresariales, y afecte, en última instancia, a la evolución del consumo y la inversión».
La entidad recuerda que el aumento en los precios de la energía se añade a un contexto de inflaciones que ya se encontraban en niveles elevados, tanto en España como en la mayoría de los países desarrollados.
«En esta situación, existe el riesgo de que los bancos centrales se vean obligados a tensionar en exceso su política monetaria. Ello podría desencadenar un entorno de importante aversión al riesgo y un tensionamiento significativo de las condiciones financieras a nivel global. Las vulnerabilidades en la estructura de los mercados podrían acrecentar los movimientos ante eventuales problemas de liquidez», ha advertido Sabadell.
EL RIESGO POR LA PANDEMIA PERSISTE
Otro riesgo al que hace alusión el documento es la pandemia del coronavirus, pues pese a que se trata de un riesgo que ha disminuido en los últimos meses, «no se pueden descartar todavía nuevos episodios de contagio masivo a nivel nacional e internacional que impliquen un endurecimiento de las medidas de distanciamiento social».
En este sentido, el banco avisa de que todavía existe el riesgo de que aparezcan nuevas variantes más graves del virus o de que las vacunas pierdan efectividad. «Ante una evolución negativa de la pandemia, con limitaciones a la movilidad y al desarrollo de la actividad económica, el turismo y los sectores más afectados por estas limitaciones permanecerían en una situación de especial vulnerabilidad. Las economías, en su conjunto, podrían ver lastradas claramente sus dinámicas de crecimiento en un contexto en el que también se deterioraría la posición financiera de los agentes económicos», advierte.
A nivel doméstico, Sabadell señala que el uso y la gestión de los fondos europeos Next Generation EU será «clave» para las dinámicas de crecimiento de la economía española y las reformas estructurales asociadas a la percepción de los fondos europeos «seguirán representando un foco de atención».
Por otro lado, el banco apunta que la política a nivel interno, «con un parlamento fragmentado y un gobierno en minoría», constituye un riesgo adicional. Además, la entidad avisa de que las perspectivas económicas domésticas y globales se podrían deteriorar a partir de eventualidades climáticas, entre otros factores.