Las diplomáticas creen que ser mujer les perjudica al obtener destino e influye en su elección
El 68% cree que reduce sus opciones de ser embajadoras y el 51% tiene en cuenta que su familia las pueda acompañar
El hecho de ser mujer perjudica a la hora de conseguir puestos de embajador y jefe de misión en el extranjero y también influye en la toma de decisión sobre el destino al que optar, especialmente en los casos de aquellas diplomáticas que son madres, según un informe elaborado por el Tribunal de Cuentas.
La presidenta de este organismo, Enriqueta Chicano, ha presentado este jueves ante la Comisión Mixta (Congreso-Senado) del Tribunal de Cuentas los resultados del informe en el que se analiza la brecha de género en el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación.
Para la elaboración de dicho informe de fiscalización sobre la igualdad entre mujeres y hombres en la carrera diplomática entre los ejercicios de 2017 y 2019 se llevó a cabo también un sondeo entre el personal del Ministerio, incluidos los integrantes de la Carrera Diplomática.
El personal de la Carrera Diplomática es un tercio del todo el personal del ministerio y la incorporación de las mujeres al mismo ha sido tardía y lenta. En 1984 eran el 7% y en noviembre de 2019 eran el 25,4%.
Según ha explicado Chicano, «no se han identificado prácticas que pudieran causar perjuicios durante los procesos selectivos» pero lo cierto es que de las 33 convocatorias de plazas entre 1985 y 2019 solo en nueve de ellas hubo un 40% o más de mujeres seleccionadas.
Por lo que se refiere a los nombramientos de los cargos más altos en el escalafón, los jefes de misión o embajadores, estos son de libre designación por parte del ministro y por ende del Consejo de Ministros, si bien en algunos casos se puede contar con la opinión de la Junta de la Carrera Diplomática.
El 83% del personal diplomático considera que el hecho de ser mujer no afecta a los puestos del llamado bombo –un listado en el que los diplomáticos optan a los destinos que prefieren en función de su nivel en el escalafón–, y el 93% cree que ser hombre no afecta.
SEGÚN ELLOS, SER MUJER FAVORECE
Los porcentajes caen cuando se trata de los puestos que el titular de Exteriores del momento se reserva para su libre designación, los llamados puestos con asterisco, o los de jefe de misión. Así, el 57% no cree que influya ser mujer y el 66% que lo haga el ser hombre para el primero de los casos, mientras que en el segundo solo el 17% del personal diplomático cree que ser mujer no incide en la asignación del puesto y el 35% en lo relativo a los hombres.
En este sentido, el 68% de las mujeres diplomáticas cree que el hecho de serlo reduce las posibilidades de ser nombrada embajadora, mientras que el 76% de los hombres opina que ser mujer favorece el acceso a ese puesto. Por contra, el 62% de las mujeres creen que beneficia ser hombre para conseguir ser embajador, mientras que el 58% de los hombres considera que les perjudica.
Según Chicano, estas percepciones contrapuestas no parecen estar respaldadas por la evidencia sino que «ponen de manifiesto la existencia de un problema en torno a la información de la que dispone la Carrera Diplomática para evaluar la situación de mujeres y hombres dentro de la misma».
PESO DE LA CARGA FAMILIAR
Por otra parte, el 51% de las mujeres reconocieron haber renunciado a optar a un puesto para el que se sentían capacitadas frente al 48% de los hombres. Para el 73% de las mujeres fue la carga familiar la que las disuadió, una cifra que cae al 55% en el caso de los hombres.
El informe no aprecia que las mujeres diplomáticas se autolimiten más que los hombres a la hora de optar a los destinos, aunque en su caso parecen pesar más las razones familiares. Los datos son consistentes con la respuesta dada a los elementos que se priorizan a la hora de elegir destino.
Para el 51% de las diplomáticas el primer criterio es «la posibilidad de que la familia pueda acompañarme», mientras que esa es la respuesta del 41% de los hombres. En los casos de diplomáticos de ambos sexos sin descendencia se observa que no hay diferencias significativas en sus criterios, pero no ocurre lo mismo cuando hay hijos de por medio. En ese caso, la posibilidad de que la familia acompañe al destino es el primer criterio para el 74% de las mujeres frente al 47% para los hombres.
BRECHA SALARIAL
Por lo que se refiere a la brecha salarial en Exteriores, según el informe es del 37% en favor de los hombres, un porcentaje que se eleva hasta el 38,2% en el caso de los funcionarios y que se queda en el 13% entre las personas que ostentan una Jefatura de Misión. Es decir, los embajadores ganan de media un 13% más que las embajadoras.
De acuerdo con el documento, recogido por Europa Press, la brecha salarial es del 37% para el conjunto del Ministerio, pero hay diferencias entre quien trabaja en España (8,8%) o fuera (25,8%). Las mujeres sólo salen beneficiadas al analizar la brecha salarial general del personal laboral puesto que únicamente en este colectivo ellas cobran más que ellos, en concreto un 6,4% más de media.
Eso sí, la ventaja femenina se difumina incluso en esta categoría cuando se analizan las retribuciones del personal laboral que trabaja fuera de España, donde la brecha ya es del 23,4%. Sólo entre quienes trabajan en territorio nacional aparece un 6,2% a favor de ellas.
La brecha entre los funcionarios es del 38,2% (13,5% para los destinados en el interior y 25% para los de fuera). Si este colectivo se analiza por grupos profesionales, aparecen brechas superiores al 20% para el grupo A1 que no pertenece a la Carrera Diplomática y para el grupo A2, del 19% en el grupo C1, del 17% para el personal del Cuerpo Diplomático que no son jefes de misión y de un 13% para los embajadores.
El Tribunal ha llegado a la conclusión de que hay una menor presencia de mujeres en los cuartiles de retribuciones más elevadas (sólo llegan al 21% en el de las más altas) y mientras que están sobrerrepresentadas en el cuartil de peores retribuciones, que es especialmente destacable para las diplomáticas que ocupan una embajada (45%), para las mujeres de la Carrera que no son jefas de misión (41%) y para las mujeres con nivel A1 que no pertenecen a la Carrera Diplomática, con sobrerrepresentación del 33%.
Al analizar el índice de presencia relativa en el cuartil de retribuciones más elevadas se evidencia una infrarrepresentación de las mujeres en el grueso de las categorías funcionariales, siendo la más notoria la que corresponde a las jefas de misión (-59 %) seguidas de las pertenecientes a la Carrera Diplomática que no son jefas de misión y de las mujeres A1 que no pertenecen a dicha carrera, para las que el IPR toma el valor -36%.