Imaz (Repsol) llama a «repensar» la transición energética con una visión «menos ideológica»
Dice que fiar todo a la electrificación sería un «grave error» y que si se hace imposible la actividad industrial en Europa se perderá empleo
BILBAO, 11
El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ha llamado a «repensar» la actual transición energética con una visión «menos ideológica», porque «se está haciendo mal» y tiene el riesgo de «impactar negativamente en la industria, en los costes energéticos y en los consumidores».
Durante su intervención en el Encuentro Empresarial de Cebek «Tras dos años de pandemia y una guerra en Europa: Cómo afrontamos las empresas las nuevas dificultades y retos presentes y futuros», celebrado este miércoles en Bilbao, Jon Josu Imaz se ha referido al conflicto bélico en Ucrania, y ha negado que sea el «causante de todos los males en la crisis energética». «No es verdad», ha asegurado.
«En noviembre de 2021, el petróleo estaba a 81 dólares el barril, y no había guerra de Ucrania, y en diciembre el precio del gas estaba más alto, y no había guerra de Ucrania», ha argumentado.
Imaz ha dibujado un escenario en el que una sociedad sigue demandando «de forma creciente» petróleo y gas, va creciendo el consumo, va creciendo la demanda, se «desincentiva su producción», se ponen «dificultades desde el punto de vista inversor y financiero a los sectores y empresas para que inviertan en estas energías».
«La inversión va bajando, la demanda sigue subiendo, la producción va bajando… Tampoco hace falta ser doctor en Economía en Harvard para saber que los precios van subiendo», ha añadido.
Para el consejero delegado de Repsol, se ha planteado «una transición energética necesaria, que tiene que tener su ambición, pero no es una transición inteligente, es una transición que tiene el riesgo de impactar negativamente en la industria, en los costes energéticos y en los consumidores».
«Por lo tanto, mi primera reflexión sería: ambición, transición energética sí, sin duda, pero necesitamos repensar la transición energética», ha demandado.
Para Imaz, es buen momento, «porque la energía tiene que cubrir un triple objetivo: «seguridad de suministro, –se nos había olvidado en Europa– competitividad/precio, para que nuestra industria pudiese competir y no nos desindustrializásemos y sostenibilidad», ha citado.
TRANSICIÓN MENOS IDEOLÓGICA
A su juicio, la transición la «estamos haciendo mal, porque «se necesita una visión menos ideológica» de esa transición y cree que también hace falta «humildad tecnológica».
Imaz, que ha indicado que la descarbonizacion debe ser un objetivo ambicioso, ha señalado que las familias no pueden hacer frente a los costes energéticos y las empresas tienes que parar porque la energía es «muy cara».
Según ha señalado el mix energético es «caro» y «no es asumible» y ha añadido que se quiere descarbonizar pero están aumentando las emisiones, por lo que cree que «se está haciendo mal». Por todo ello, Imaz, que cree que se está poniendo «la ideología por encima de la tecnología», ha insistido en que se tiene que «repensar la transición porque «esto no es sostenible como sociedad».
En su opinión, se va a seguir necesitando petróleo «durante mucho tiempo» porque la transición energética obligará a «utilizar más plástico en muchas aplicaciones», y también gas. «Por lo tanto, necesitamos una transición energética que garantice que los hidrocarburos van a ser producidos los próximos años a precios adecuados, porque de otra forma vamos tener todos un problema de competitividad y de suministro», ha indicado.
En ese punto, se ha referido a la Ley de Cambio Climático «que prohíbe explorar e investigar el gas natural». «Luego nos escandalizamos del precio del gas, si estamos prohibiendo explorar, si tenemos que importarlo de EEUU… Industrialmente estamos dañando la competitividad de nuestra industria y estamos aumentando la dependencia respecto a terceros», ha señalado. Además, ha recomendado «humildad y neutralidad tecnológica».
Por otra parte, se ha mostrado convencido de que «una parte muy importante de la economía no se va a electrificar, ni ahora ni en las próximas décadas», por lo que ha llamado a no fiar «todo» a la electrificación porque «eso sería un grave error».
«Necesitamos descarbonizar los (combustibles) líquidos, y esto supone apuestas de otra naturaleza. Supone apostar por el motor a combustión. Lo contrario sería un gravísimo error. Estaríamos dañando a la industria más importante que tenemos en este país, que es la industria de la automoción», ha añadido.
AUTOMOCIÓN
Josu Jon Imaz, cree que la gente ya no compra coches porque no sabe cuál adquirir. «Estamos dañando, con nuestra incertidumbre, a la industria y a las emisiones de CO2, porque los coches son viejos», ha indicado.
El responsable de Repsol ha señalado que se está dando al que quiere comprarse un coche eléctrico «6.000 euros de subvención directa en muchos casos» y no pagan el impuesto de hidrocarburos, todo ello para dejar de emitir, «en el caso más favorable, 6 ó 7 toneladas de CO2 en toda la vida del coche». «Se me ocurren otras muchas formas de descarbonizar mucho más baratas y es un sistema perfecto de transferencia de rentas de los pobres a los ricos, que es lo que estamos haciendo con las políticas para fomentar de determinadas formas de movilida. Y nos estamos cargando la industria de la automoción porque la gente está dejando de comprar coches porque no sabe qué hacer», ha agregado.
Josu Jon Imaz cree que hace falta también humildad tecnológica, que con biocombustibles, combustibles sintéticos, avanzados, vayan a emitir menos CO2 que un coche de combustible. «Dejemos que la tecnología trabaje. Tengo una certeza: hoy un coche eléctrico en Alemania emite más emisiones en todo su vida que un diésel, desde el punto de vista de sostenibilidad con el CO2», ha indicado.
El consejero delegado de Repsol cree que, además, se está descarbonizando «a costa de exportar empleos industriales y emisiones CO2 a otras partes del mundo».
«Hoy el sector del acero y el sector del cemento emiten más CO2 que todo Europa. Si hacemos imposible la actividad industrial en Europa, perderemos empleo, perderemos industria y además emitiremos mas C02. Nos estamos haciendo, en ese sentido, un flaco favor, tenemos que tener la ecuación completa de las emisiones netas de todo el ciclo de vida en el mundo», ha dicho.
Según ha admitido, Europa está ante «una situación de una emergencia energética» y las instituciones de la UE tienen que «apostar por resolver este problema de la dependencia en el corto plazo» y ha descatado que «el gas forma parte del futuro». «Mientras tanto, hay que hacer una apuesta decidida por todas las la herramientas que tenemos, impulsar elementos de economía circular y repensar el precio del CO2 en el ámbito europea, se de una especulación financiera atroz», ha indicado.
Para Josu Jon Imaz, la Comisión Europea «debe actuar para proteger el tejido industria, porque aquí hay una apuesta por la industrialización». «Por tanto, apuesta decidida por la industria, y con ambición climática, debemos repensar la transición, si queremos tener una economía competitiva para la industria y unos precios más razonables para los consumidores», ha manifestado.