MSF pide el fin de «cuatro meses de pesadilla» para sus trabajadores detenidos en el suroeste de Camerún
La ONG Médicos sin Fronteras ha pedido la liberación de sus dos cooperantes detenidos hace cuatro meses en la región Suroeste de Camerún, en el principio de «una pesadilla» producto del conflicto que enfrenta desde 2017 a Ejército y separatistas, y en el que MSF y sus trabajadores se han convertido en víctimas indefensas a pesar de la ayuda que proporcionan.
Los cooperantes, Marguerite M. y Ashu D. fueron detenidos en diciembre del año pasado por trasladar sin aviso a un individuo herido, sospechoso de pertenencia a un grupo separatista. MSF asegura que el herido nunca se identificó como tal, no llevaba documento de identidad y que comunicó a las autoridades pertinentes todos los detalles del trayecto bajo su conocimiento.
A pesar de que MSF recuerda que han realizado 132 traslados de ambulancias con pacientes en diversas emergencias sin ningún problema gracias a este protocolo de comunicación, las fuerzas de seguridad ordenaron su detención e ingreso en la cárcel de Buea, donde permanecen cuatro meses después.
Ahora, ambos están acusados de participar «en una operación de exfiltración de un terrorista, falsificar documentos de traslado, de darle una identidad falsa y de, en definitiva, colaborar con los rebeldes separatistas de la zona», según la organización. «Ni Marguerite ni Ashu», prosigue el grupo, «sabían quién era el paciente ni su papel dentro del grupo separatista y sólo sabían que era un herido que necesitaba asistencia urgente».
MSF recuerda que una organización camerunesa independiente, el Centro Internacional Mandela, publicó en febrero un informe en el que exonera a Marguerite y Ashu de toda culpa, así como a la propia MSF, y exigía la liberación inmediata de los dos compañeros. MSF recuerda que este informe fue encargado por el Ministerio de Defensa camerunés.
MSF, que decidió suspender sus actividades en la región el 29 de marzo para dedicarse a obtener la liberación de sus compañeros, lamenta que se encuentra en una «posición insostenible» porque «tiene un deber con sus pacientes, pero necesita que se den condiciones básicas que le permitan llevar a cabo sus actividades en un entorno seguro».
«Desde la detención de sus compañeros, MSF ha intentado dialogar con las autoridades, tanto a nivel local como central, les han proporcionado información y aclaraciones relacionadas con sus actividades médicas de MSF para facilitar su liberación, pero ha sido en vano. MSF sigue disponible para continuar el diálogo y resolver este asunto lo antes posible», concluye el grupo.