Lombó habla de «normalidad» en la vuelta a clase sin mascarilla y ve «muy posible» un repunte de casos
La consejera de Educación de Cantabria, Marina Lombó, ha destacado la «normalidad» en la vuelta a las aulas tras las vacaciones de Semana Santa y sin la obligatoriedad ya de usar mascarillas en interiores, salvo excepciones y recomendaciones.
Así, el curso se retomó el lunes con las «lógicas incertidumbres, sobre todo por parte de las familias, y «cierta inquietud», pero el martes ya había «muchísima normalidad» y, también, «un poco de todo»: profesores y alumnos con tapabocas y otros que no lo utilizan.
Y aunque por ahora no se ha detectado un repunte de contagios, la titular de la Consejería pide ser «cautos», pues las aulas siempre han sido «reflejo de la sociedad» y cree por tanto «muy posible» que puedan aumentar los casos en el ámbito educativo, como está ocurriendo en general y debido a que todavía hay niños sin vacunar, aunque ha remarcado que «tenemos que ver las cosas con normalidad».
La también responsable de Formación Profesional se ha expresado así este miércoles a preguntas de los periodistas sobre el uso de las mascarillas en centros educativos y la posibilidad de que suba la incidencia Covid.
Respecto a la supresión de la obligatoriedad de llevar tapabocas en interiores, Lombó considera que «es como todo» y se ha mostrado convencida de que «en el transcurso de días se va a ir aceptando con toda normalidad».
«Habrá gente que quiera seguir usándola: nada que decir; y otros que no la van a usar, pero con normalidad», ha expuesto la consejera cántabra, que ha subrayado igualmente la «normalidad» con la que los padres y madres de alumnos recibieron la medida, que entendieron «adecuada».
«En Educación hemos aprendido una cosa muy importante: que es más el proceso de discusión que se produce antes de poner la medida, que cuando se pone», ha apuntado al respecto.
Y también ha enfatizado que se trata de un ámbito en el que la gente es «súper ordenada y disciplinada», y que «sabe que se hacen las cosas en beneficio de los estudiantes y que los docentes nunca van a poner en peligro sus hijos».
Todo eso genera, según Marina Lombó, «muchas certezas y confianza en las familias», y su respuesta es «extraordinaria», en tanto que la de los niños es, como ha reiterado, «inmejorable».
La Consejería de Educación dictó una instrucción según la cual la mascarilla ya no es obligatoria salvo para los fisioterapeutas que hacen rehabilitación respiratoria, los docentes que prestan la ayuda a domicilio y los de las unidades de atención hospitalaria, según estableció el Comité de Seguridad y Salud, que determinó además el uso recomendable para personas vulnerables, como mayores de sesenta años o mujeres embarazadas.