Santander guarda un minuto de silencio por los ucranianos, que necesitan «mucha más ayuda que al principio»
Piden a los ciudadanos que «no se enfríen» porque al comienzo de la guerra recibían «muchísimo material» y ahora «escasea mucho»
La plaza del Ayuntamiento de Santander ha acogido esta mañana un minuto de silencio para condenar la guerra y trasladar la solidaridad y el apoyo de la ciudad al pueblo ucraniano, que pide a los ciudadanos que «no se enfríen» y sigan aportando ayuda en la medida de sus posibilidades.
Así lo ha dicho en declaraciones a los medios la portavoz de la Asociación de Ucranianos en Cantabria, Irena Tkachuk, que ha explicado que ahora recibe «demandas mucho mayores que al principio» del conflicto, pues ante la «destrucción total» que está sufriendo el país se ha dejado de producir, ha parado la actividad comercial y han caído fábricas y establecimientos.
Y es que Ucrania era «uno de los mayores productores de alimentación de Europa» y ahora «no se está produciendo nada ni tampoco hay importación», por lo que «las reservas se están acabando» y, lejos de verse el fin del conflicto, «va a más» y «parece que se alarga», ha lamentado Tkachuk.
En este contexto, y con «muchas familias fuera de sus casas, sin trabajar y sin recibir ninguna ayuda económica», ahora «necesitan mucho más de lo que necesitaban al principio». Sus demandas siguen siendo las mismas: alimentos, material de higiene, de protección y seguridad o médico para atender a los heridos.
Y mientras que en las primeras semanas de la guerra la asociación recibió «muchísimo material» y tuvo dificultades para gestionarlo, clasificarlo y enviarlo, ahora ya tiene posibilidad de logística y camiones disponibles pero «escasea mucho el material». «Estamos muy agradecidos por la solidaridad, pero nos gustaría pedir que no se enfríen y que dentro de las posibilidades sigan aportando cosas», ha dicho la portavoz de la asociación, que ha pasado de la recogida «pasiva» –«llegaba material de todas partes»– a pedir ayuda y hacer campañas y colectas en supermercados, empresas o eventos.
MÁS DE 1.000 UCRANIANOS ACOGIDOS
Hasta ahora Cantabria ha recibido más de 1.000 solicitudes de asilo de refugiados, que o bien están bajo la custodia del Gobierno regional o de Cruz Roja, alojados en albergues y hoteles, o se encuentran en casas de amigos o familiares, que en algunos casos están pidiendo apoyo a los Servicios Sociales para soportar la carga económica de tener a estas personas acogidas. «Estamos preocupados porque una familia normal tiene dificultades para mantener a cuatro o cinco personas de asilo», señalan desde la asociación.
Otro problema al que se enfrentan es la necesidad de encontrar un trabajo para estas personas, que quieren tener independencia y hacerse cargo de su propio alojamiento y gastos. En este sentido, están recibiendo «mucha ayuda empresarial» y ofertas de puestos en hostelería y servicios como peluquería o estética, por lo que algunos ya ha empezado a trabajar o a hacer cursos de formación para poder integrarse en el mundo laboral.
Mientras tanto, el proceso de regularización de papeles se está haciendo «bastante coordinado» a través de la Policía y no supone ningún problema. En cuanto a los niños, casi todos están escolarizados y se organizan cursos de idioma y eventos para que se integren en la sociedad.
Se está tardando «un poco más en el empadronamiento» de los que están acogidos por Cruz Roja y viven en hoteles porque necesitan encontrar un alojamiento más definitivo, ha señalado Tkachuk, que ha hecho un repaso de la situación de los refugiados en Cantabria tras el minuto de silencio, en el que han participado miembros de la asociación, ciudadanos y representantes municipales.