Expertos en energía señalan que sustituir el suministro de gas ruso es el gran reto para Europa
Expertos en energía consideran que la sustitución del suministro de gas ruso a Europa es el gran reto al que tiene que hacer frente el Viejo Continente.
En una jornada organizada por la Fundación Naturgy, los expertos de la Florence School of Regulation (FSR) del European University Institute, el exdirector de Energía de la UE Christopher Jones y el excomisario de Energía de la UE Andris Piebalgs han señalado que se trata de «una prioridad absoluta, porque el nivel de incertidumbre es elevado». Así, Piebalgs no descartó que «se interrumpa el suministro de cara a otoño de este año».
Por su parte, Nemesio Fernández-Cuesta, presidente de Eolia Renovables y exsecretario de Estado de Energía, señaló que el principal desafío es «la construcción de nuevas infraestructuras, que requerirá de 4 o 5 años».
Respecto a cómo controlar los precios de la energía, Jones expuso hasta seis opciones: limitar el precio del mercado de la electricidad junto con un mecanismo adicional para el respaldo de la generación con gas; eliminar el gas del actual mecanismo de fijación de precios; pagar según el precio ofertado por cada tecnología y no al precio del mercado marginalista; limitar precios para los mercados del gas; establecer precios regulados para las empresas gasistas y los productores de electricidad, en función de su coste real del gas, y reducir el coste del gas para la generación de electricidad.
A este respecto, el experto indicó que lo que se está intentando hacer en España es fijar un precio bajo, para lo que los productores tendrían que «recibir incentivos».
SUBSIDIOS DE HASTA 10.000 MILLONES ANUALES POR UN PRECIO DE GAS BAJO.
Así, estimó que si el precio de referencia del gas es muy bajo los subsidios podrían ser de hasta 10.000 millones al año, que «darían un margen para reducir el coste al consumidor, pero que tiene el problema de que es mucho dinero público».
Jones afirmó que este escenario llevaría a precios de electricidad muy bajos, «cuando lo que hay que hacer es garantizar la eficiencia energética». «La situación actual del mercado energético durará meses, por lo que necesitamos un mecanismo robusto», añadió al respecto.
Por su parte, Piebalgs manifestó que la invasión de Ucrania «ha sido disruptiva», ya que «está destruyendo la visión energética que tenemos de garantía de suministro y la seguridad de los contratos a largo plazo».
De esta manera, advirtió de que el papel de la política energética deberá ser «mayor», porque «el mundo de antes y el de después de la guerra va a ser distinto».
Por ello, defendió la necesidad de diversificar el suministro de gas en Europa por «una cuestión moral», ya que lo que está pasando es «rotundamente» opuesto a la sociedad que se ha diseñado en el siglo XXI y señaló el impacto económico de un potencial corte de suministro del gas ruso, que podría hacer contraerse un 2% a la economía de Alemania.
Por otra parte, Fernández-Cuesta hizo un llamamiento a repensar el marco regulatorio del sistema eléctrico español «con medidas enfocadas al consumidor y más bilateralidad en los mercados».
Entre ellas destacó la liberalización del mercado, con la obligación a los operadores de publicar su tarifa para que el consumidor supiera a qué atenerse, y evitar así la incongruencia actual del PVPC -la tarifa regulada- ligado al mercado mayorista.
El ex secretario de Estado de Energía también abogó por una mayor bilateralidad de los contratos, con un sistema de Recore basado en PPA s más complementos, y que podrían poner 74 teravatios hora (TWh) a disposición del mercado.
En referencia al biometano y al gas, aseguró que en esta situación de precios elevados del gas, los gases renovables «tienen una ventaja competitiva, pero es fundamental el desarrollo de los certificados y hay que utilizar los gasoductos existentes». A este respecto, Jones y Piebalgs insistieron también en la necesidad de impulsar los gases renovables.