Científicos de la UGR identifican nuevas mutaciones relacionadas con el linfoma

GRANADA, 28

Una investigación de la Universidad de Granada (UGR) ha identificado nuevas mutaciones relacionadas con el linfoma que ayudan a entender mejor cómo se producen estos tumores. El estudio, en el que ha participado el Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada (ibs.Granada) y el Centro Pfizer-Universidad de Granada-Junta de Andalucía de Genómica e Investigación Oncológica (Genyo), lo ha realizado el equipo del profesor de la UGR Pedro Medina Vico, del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular I, y ha tenido como primeros autores a los investigadores Álvaro Andrades Delgado y Juan Carlos Álvarez Pérez.

El linfoma es un tipo de cáncer que afecta a células del sistema inmunitario denominadas linfocitos. A diferencia de las leucemias, que también se producen mediante tumores en las células sanguíneas, los linfomas generan tumores sólidos que se manifiestan en el sistema linfático.

Según la Sociedad Española de Oncología Médica, en 2021 se diagnosticaron más de diez mil nuevos casos de linfoma en España, siendo el linfoma difuso de células B grandes (LDCBG) el subtipo más frecuente y uno de los de peor pronóstico. El LDCBG puede afectar a las personas de cualquier edad, pero generalmente ocurre en las más mayores. Es uno de los linfomas más agresivos y de peor pronóstico. Alrededor del 35-45% de los pacientes no sobreviven cinco años después de su diagnóstico.

Los investigadores del grupo del profesor Medina han analizado datos genéticos de más de mil quinientos pacientes de LDCBG, en busca de nuevas mutaciones que puedan estar relacionadas con la enfermedad, según ha informado este lunes la UGR en una nota.

Gracias a ello, han conseguido observar que, hasta ahora, habían pasado desapercibidas las acumulaciones de mutaciones en regiones específicas de ADN llamadas «señales de corte y de empalme» y que estaban presentes en genes importantes que frenan el desarrollo del linfoma.

«Los genes humanos tienen almacenada la información de una manera un tanto particular. Esto se debe a que codifican la información de forma fragmentada, ya que existen regiones que no se deben leer y han de cortarse y eliminarse para que se pueda generar un producto adecuado. Si no se realizan estos cortes y empalmes de información de manera precisa no se crean productos funcionales», ha comentado el profesor Medina.

«Así, en este trabajo hemos descubierto que se acumulan mutaciones que impiden que se genere un corte y empalme correcto cuando se leen genes importantes para frenar el desarrollo de linfomas», ha añadido Pedro Medina. El hallazgo tiene relevancia desde un punto de vista clínico, porque algunos de los genes identificados por los autores (como CD79B) están cobrando especial importancia en los últimos años, ya que sus mutaciones se han propuesto para el diagnóstico molecular de linfomas.

Además, estas mutaciones pueden estar relacionadas con la respuesta del paciente a la terapia estándar, y se está estudiando su relación con la respuesta a nuevos tratamientos experimentales de última generación. Por ello, es especialmente importante identificar todas las alteraciones moleculares relacionadas con el LDCBG para, en un futuro, contar con métodos más precisos y personalizados para «diagnosticar y elegir el tratamiento más eficaz para cada paciente».

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