Rovira (ERC) pide desligar el independentismo y Rusia y hubiera querido una comparecencia conjunta
Defiende mantener la mesa de diálogo hasta evidenciar que el Gobierno «no está a la altura»
BARCELONA, 22
La secretaria general de ERC, Marta Rovira, ha defendido este martes la importancia de desvincular el independentismo y Rusia, y ha dicho que le hubiese gustado una comparecencia conjunta de los partidos independentistas para asegurar que estos supuestos contactos parten de una «manipulación del Estado español».
«En estos momentos que Rusia es un Estado que declara la guerra contra Ucrania de una forma tan radical, que alguien esté intentando establecer vínculos entre el independentismo y Rusia a nivel internacional nos hace un daño absoluto», ha dicho en una entrevista de Catalunya Ràdio recogida por Europa Press.
Sobre las declaraciones del portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, sobre estos supuestos contactos, ha señalado que se disculpó por la contundencia de sus palabras y que las pronunció en un contexto de mucha «presión».
En la entrevista, grabada el fin de semana coincidiendo con los cuatro años desde que se trasladó a Suiza, Rovira ha dicho que la «represión» ha contribuido a la división del independentismo, ha defendido recoser la unidad y ha sostenido que nunca ha existido una unidad idealizada como tal, sino un objetivo común al que se llegó tras debatirlo.
Rovira, que ha asegurado tener un libro escrito pero que no lo prevé publicar, ha defendido mantener la estrategia de la mesa de diálogo entre el Gobierno central y el de la Generalitat hasta hacer evidente que el Gobierno de Pedro Sánchez «no está a la altura», y ha recordado que no han renunciado a otras vías enmarcadas en la desobediencia civil y pacífica.
Preguntada sobre el hecho de que el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, haya coincidido en actos con el Rey Felipe VI, ha replicado que «lo que hace es ir a ocupar espacios en los que, si no, estaría ausente» el Govern, y ha descartado que deje de acudir a eventos como el Mobile World Congress (MWC) por el hecho de que esté el monarca.
CUATRO AÑOS EN SUIZA
Preguntada por si valió la pena la organización del 1-O teniendo en cuenta la implicación posterior a su vida personal, ha destacado: «Si lo haces por el país y por la legitimidad que nosotros tenemos para decidir el futuro colectivo, sí que vale la pena. Y me siento profundamente orgullosa, aunque no significa que no sea duro».
Ha subrayado que en Suiza no se aplican las euroórdenes y que no viaja porque, si llegara a un país limítrofe, el juez del Tribunal Supremo (TS) Pablo Llarena activaría «en cinco minutos» una euroorden y debería hacer frente a un proceso judicial fuera de Suiza, donde ha recordado que se trasladó sobre todo por el ámbito personal y por su hija, entonces de seis años.
«El tiempo dirá hacia dónde vamos y lo que yo acabe haciendo, pero ahora mismo, después de muchas etapas superadas de este exilio a nivel personal y político, estoy bien aquí», ha destacado Rovira, que ha explicado que la decisión de ir a Suiza no fue muy meditada: tenía decidido quedarse y afrontar la cárcel, pero finalmente optó por ir al extranjero.
Ha detallado que comentó con el líder de ERC entonces encarcelado, Oriol Junqueras, que se estaba planteando esta opción después de que la citaran de nuevo ante el TS, y que él le avisó: «Aquí ya estamos todos los que tenemos que estar», en referencia a la cárcel, y le dijo por señas que se fuera.
Rovira ha asegurado que trató de convencer al resto de los que habían sido citados de nuevo ante el TS para que también optaran por esta opción, y que lamentó no haberlo conseguido cuando se les envió a prisión provisional, el mismo día que ella había llegado a Suiza, y dos días después de hablar con Junqueras en la prisión de Estremera.
Acompañada por dos de las personas que la acogieron al inicio de su estancia en Suiza, Rovira ha explicado que la decisión del resto de quedarse y afrontar la cárcel también fue una forma de lucha, en sus palabras: «Cuando se contrapone la prisión y el exilio me parece absurdo y ridículo. Son una cara distinta de la misma moneda, que es la represión política».