Ramaphosa cesa al jefe de la Policía de Sudáfrica tras las críticas a su gestión de los disturbios de 2021

El presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, ha destituido este viernes al comisario jefe de la Policía Nacional, Khehla Sitole, apenas unas semanas después de que una investigación cuestionara cómo había manejado la ola de violencia con tintes raciales que a mediados del año pasado arrasó varias ciudades del país, dejando una estela de saqueos y destrucción, así como más de 350 muertos.

«Estoy agradecido al general Sitole por el diálogo constructivo que hemos tenido sobre su final como comisario jefe. Deseo transmitirle mi reconocimiento por su servicio a la nación durante estos años. Le deseo lo mejor en sus proyectos futuros», señala Ramaphosa en un comunicado.

En el mismo texto, se explica que se ha acordado «de mutuo acuerdo» rescindir de manera anticipada las funciones Sitole «en el mejor interés del país». El traspaso de poder definitivo será el 31 de marzo, hasta entonces, permanecerá en el cargo.

Según una investigación publicada ahora hace dos semanas, la Policía Sudafricana no actuó a tiempo para frenar los disturbios violentos que se desataron a mediados de julio de 2021, debido a las diferencias que mantenían Sitole y el ministro de Policía, Bheki Cele, quien le acusó en varias ocasiones de insubordinación.

Aquella semana de disturbios supuso un duro golpe para la economía del país, los saqueos y los destrozos provocaron pérdidas de unos 3.300 millones de dólares. La Policía también ha sido ampliamente cuestionada por no actuar de manera eficaz contra uno de los problemas que padece Sudáfrica, la criminalidad

Las protestas estallaron después de que el expresidente Jacob Zuma ingresara en prisión después de que el Tribunal Constitucional le condenara a 15 meses por negarse a testificar en una investigación por casos de corrupción en los que se vio inmersos durante sus nueve años de mandato al frente del país.

La caída de Zuma tuvo lugar en medio de la indignación popular por el peso de la familia Gupta, de origen indio, en la economía y la política del país africano, acusaciones que fueron recogidas en un informe de la ex Defensora Pública sudafricana –figura equivalente al Defensor del Pueblo– Thuli Madonsela titulado La captura del Estado .

Pronto los saqueos se trasladaron a los establecimientos regentados por propietarios de origen indio y a los barrios de las provincias de KwaZulu-Natal y Gauteng, en los que residían, adquiriendo los altercados tintes raciales, que rememoraron episodios de antaño.

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