Nueve autonomías siguen sin aumentar las plazas universitarias de Enfermería, según Satse
Andalucía, Asturias, Canarias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Euskadi, Extremadura, y Navarra, además de Ceuta y Melilla, no han aumentado de manera progresiva de la oferta de plazas universitarias del Grado de Enfermería, tal y como pidieron el Sindicato de Enfermería, Satse, junto a la Asociación Nacional de Directivos de Enfermería (ANDE), el Consejo General de Enfermería (CGE), la Conferencia Nacional de Decanos de Enfermería (CNDE) y la Asociación Estatal de estudiantes de Enfermería (AEEE).
El Sindicato de Enfermería subraya que «si algo ha dejado patente la pandemia del Covid-19 es que hay que solucionar el grave problema de la falta de enfermeras y enfermeros que sufre nuestro país desde hace años, al contar únicamente con cinco profesionales por 1.000 habitantes, ya que pone en grave riesgo la seguridad asistencial de más de 47 millones de personas».
«No entendemos como las administraciones públicas argumentan que no pueden contratar a más enfermeras y enfermeros porque dicen que no las hay y, al mismo tiempo, no propician que podamos contar con más profesionales, evitando así que los hospitales, centros de salud y centros sociosanitarios sigan con unas plantillas absolutamente insuficientes para hacer frente a la cada vez mayor sobrecarga y tensión asistencial», apuntan desde la organización sindical.
La propuesta de SATSE se realizó en base a un estudio exhaustivo que concluía que era necesario aumentar en cerca de 5.000 plazas más cada nuevo curso en el conjunto del Estado, una cifra que debe mantenerse anualmente en cada curso de primero de Grado, al menos, durante cinco años.
Al respecto, recuerda que «los estudiantes que inician ahora sus estudios no saldrán de la universidad hasta dentro de cuatro años y en el caso de los especialistas se elevará a seis años de formación universitaria».
En la actualidad, se gradúan al año en los centros universitarios en torno a 11.000 jóvenes enfermeras y enfermeros,» una cifra que no permite garantizar ni de lejos una respuesta satisfactoria a las necesidades de atención y cuidados actualmente existentes y que son cada vez mayores por el progresivo envejecimiento de la población española y el aumento de la cronicidad y dependencia, entre otros factores». Una realidad que se verá agravada, además, con las jubilaciones de enfermeras y enfermeros que se producirán en los próximos diez años, y que, según las estimaciones de Satse, se traducirán en 56.000 menos profesionales en el conjunto del Estado.