La COVID-19 está asociada a una alta prevalencia de depresión, ansiedad y trastorno de estrés postraumático
Investigadores de la Universidad de Sao Paulo (USP) han observado una alta prevalencia de déficits cognitivos y alteraciones psiquiátricas, después del alta hospitalaria tras superar la COVID-19 de 425 pacientes, según han corroborado en un estudio, en el que han realizado un seguimiento de entre seis y nueve meses después de abandonar el hospital.
El estudio, que se ha publicado en la revista General Hospital Psychiatry , ha observado que la mitad de los participantes (51%) han sufrido una disminución de la memoria después de la infección. Aproximadamente uno de cada ocho (13,6%) ha sido diagnosticado con trastorno de estrés postraumático.
Una proporción similar (15,5%) fueron diagnosticados con trastorno de ansiedad generalizada, que comenzó después de haberse recuperado de la enfermedad. Un grupo más pequeño (8%) fue diagnosticado con depresión, que comenzó solo después del alta hospitalaria en un 2,5 por ciento.
«Un hallazgo clave es que ninguna de las alteraciones cognitivas o psiquiátricas observadas en estos pacientes se correlacionó con la gravedad de su condición. Del mismo modo, no encontramos asociaciones con la conducta clínica adoptada durante la hospitalización ni con factores socioeconómicos como muertes de familiares o pérdidas económicas durante la pandemia de la COVID-19», ha comentado el primer autor del artículo, Rodolfo Damiano.
Los participantes han sido sometidos a una batería de pruebas para evaluar el estado mental y las funciones cognitivas, como la memoria, atención, fluidez verbal y orientación espacial y temporal. Los voluntarios también tuvieron una entrevista estructurada con un psiquiatra y respondieron cuestionarios estándar utilizados para diagnosticar depresión, ansiedad y estrés postraumático.
En definitiva, la prevalencia de trastornos mentales en la muestra del estudio ha sido superior a la informada previamente en estudios epidemiológicos para la población brasileña, con un 32 por ciento frente a un 26,8 por ciento, respectivamente.
Actualmente, los investigadores están estudiando muestras de sangre recolectadas de los voluntarios durante su estancia en el hospital. El objetivo es analizar el perfil de citocinas (las citocinas son proteínas del sistema inmunitario que regulan la respuesta inflamatoria) para saber si el grado de inflamación en la fase aguda de la COVID-19 se correlaciona con el desarrollo de síntomas neuropsiquiátricos.
«Si encontramos una correlación, el siguiente paso será ver si los medicamentos que inhiben las interleucinas [ uno de los tipos de citoquinas ] se pueden usar para prevenir la aparición o el empeoramiento de los síntomas psiquiátricos», ha concluido Damiano.