El consumo de cemento arranca el año con un crecimiento del 21% en enero por el impacto de Filomena
Las importaciones siguen creciendo en detrimento de las exportaciones
El consumo de cemento ha iniciado el año con un crecimiento en enero del 21%, lo que supone alcanzar, en valores absolutos, el millón de toneladas, es decir, 175.613 más que en el mismo mes de 2021, según recogen los últimos datos publicados en la Estadística del Cemento.
No obstante, el presidente de Oficemen, José Manuel Cascajero, precisa que hay que analizar este dato con cautela, puesto que el mes pasado fue uno de los meses con menos lluvias de las últimas décadas, frente al mismo mes de enero del año pasado, cuando tuvo lugar la borrasca Filomena, que paralizó todas las obras en la zona centro del país durante quince días.
En concreto, la patronal estima que este temporal supuso el 2021 una pérdida de más de 200.000 toneladas de consumo de cemento, por lo que, sin este impacto y sumando el clima favorable para la construcción en enero de 2022, no se habrían superado las cifras del año pasado.
En cualquier caso, la tendencia es al alza, haciendo patente la recuperación económica, ya que entre febrero de 2021 y enero de 2022, el crecimiento se sitúa en un 14,1%, con un total de 15 millones de toneladas de cemento consumidas en el país durante los últimos 12 meses.
Mientras que las importaciones crecieron un 13%, las exportaciones cayeron un 6,8% en enero, principalmente por el descenso en las ventas exteriores de clinker, que perdieron 73.000 toneladas, con una caída del 35,4% respecto al mismo mes del año anterior.
«En el acumulado de los últimos 12 meses, las exportaciones han caído un 11,7%, mientras las importaciones han crecido un 244,3%. Estas cifras reflejan claramente la pérdida de competitividad y el grave impacto en nuestra actividad industrial», explica el presidente de Oficemen.
Por esta razón, cree urgente concretar las subastas de tecnologías inframarginales previstas en el Real Decreto-ley 17/2021, para favorecer precios «más previsibles y competitivos» para los consumidores industriales, algo que considera «imprescindible» si se pretende disminuir la brecha energética que sufre la industria española frente a la de otros países europeos.
«La incorporación de políticas de compensación y exención impositiva, equivalentes a las que ya disfrutan nuestros competidores en Alemania, Francia e Italia, serían otras de las medidas que deberían implementarse con urgencia», concluye José Manuel Cascajero.