Maria Currás se incorpora al CNIO para dirigir la Unidad Clínica de Cáncer Familiar
Maria Currás Freixes (Barcelona, 1983) se ha incorporado al equipo del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) para dirigir la Unidad de Cáncer Familiar, según ha anunciado la institución a través de un comunicado.
Entre sus retos, destaca ampliar la red de hospitales a los que ofrecer consejo genético, así como mejorar el diagnóstico genético para optimizar la detección de los genes responsables de la predisposición a padecer cáncer familiar.
«Estar en el CNIO ofrece la posibilidad de volver a estar en contacto con la investigación de vanguardia para encontrar nuevos genes de susceptibilidad a cáncer, ayudar a descifrar las características clínicas asociadas a los nuevos genes descritos, usar las distintas plataformas que ofrece el CNIO y tener más colaboración con los nuevos proyectos nacionales e internacionales», comenta Currás.
La Unidad de Cáncer Familiar proporciona tecnologías innovadoras al Sistema Nacional de Salud y a la comunidad científica. Colabora con los servicios hospitalarios evaluando y ofreciendo consejo genético a pacientes y familias (Unidad Clínica de Cáncer Familiar), y estudios genéticos cuando se sospecha un síndrome de cáncer hereditario ( El Cáncer Hereditario, Grupo de Cáncer Endocrino y Hereditario). También ha identificado nuevos genes del cáncer hereditario que rápidamente pasan a estudiarse en estudios clínicos para ayudar a las familias.
Más de 5000 pacientes y familias han recibido consejo genético desde 2005 por parte de esta Unidad, que trabaja en colaboración con el Hospital Universitario de Fuenlabrada.
Entre las patologías hereditarias más frecuentes se encuentran algunos tipos de cáncer de mama y ovario, colon, melanoma, tumores endocrinos y síndromes tumorales hereditarios. Uno de los objetivos de Currás es incrementar la actividad de la Unidad y mejorar el estudio genético de cánceres familiares, que han experimentado un aumento de incidencia en la población. Entre ellos, cabe destacar el cáncer de páncreas o gástrico, entre otros.
Como responsable del área, Currás ampliará la labor de investigación de su equipo para encontrar nuevos genes que expliquen el componente hereditario de algunos tumores para los que no se ha encontrado el gen causal. Aproximadamente un 10 por ciento de los tumores son hereditarios, y de estos solo se conoce un 30-40 por ciento de los genes responsables.
También, desde abril de 2020, la Unidad de Cáncer Familiar trabaja junto con la Unidad de Genotipado Humano para identificar marcadores pronósticos que pudieran ayudar a estratificar la población y permitir identificar a priori a aquellas personas que tendrán un curso más severo de COVID-19.
Maria Currás se licenció en Medicina en 2007 en la Universidad Autónoma de Barcelona. Realizó su residencia de Endocrinología en Hospital Clínico San Carlos de Madrid y en su último año trabajó en el grupo de Cáncer Endocrino Hereditario del CNIO liderado por la investigadora Mercedes Robledo.
Realizó su tesis con una beca predoctoral Severo Ochoa en el mismo grupo. El objetivo de su trabajo fue esclarecer las bases genéticas de los feocromocitomas y paragangliomas, tumores neuroendocrinos muy raros caracterizados por su heterogeneidad genética, y con un curso clínico poco predecible. Los trabajos de Currás ayudaron a establecer los estándares de diagnóstico molecular aplicados en esta enfermedad, no solo en nuestro país, sino en el ámbito internacional.
Su tesis recibió el Premio de la Fundación de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (FSEEN) a la mejor tesis doctoral en Endocrinología, Diabetes y Nutrición.
Después, se centró en la asistencia clínica de Endocrinología, sobretodo centrada en patología de tumores de tiroides, adrenales, neuroendocrinos en distintos hospitales: Villalba, Rey Juan Carlos de Móstoles y los últimos cuatro años en la Clínica Universidad Navarra.