El hijo de López Obrador niega «injerencia» en el Gobierno de su padre
El hijo mayor del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha salido al paso de las sospechas de corrupción que pesan sobre él y ha defendido que es «un ciudadano privado», sin «injerencia» alguna en el actual Gobierno y que se mantiene «al cien por cien» gracias a su trabajo.
José Ramón López Beltrán ha sido señalado por una supuesta vida de lujos que contrastaría con la austeridad que pregona su padre, en particular por una casa donde habría residido en Houston (Texas), propiedad de un antiguo directivo vinculado a la petrolera mexicana Pemex.
«Espero que José Ramón conteste, ya es grande, de qué vive», sentenció el presidente el viernes, en una rueda de prensa en la que exhibió el sueldo del periodista que desveló la información y volvió a cargar contra los «mercenarios» de la prensa. Según López Obrador, «no hay conflicto de interés» y todo es un «montaje».
López Beltrán ha respondido a las acusaciones con un comunicado en el que se reivindica como «ciudadano privado». Así, ha asegurado que en 2018 se mudó junto a su familia a Estados Unidos para ejercer de abogado y actualmente traba como asesor para la firma KEI Partners, de la que proceden todos sus ingresos.
«No tengo injerencia alguna en el Gobierno de México (…) No hubo ni habrá conflicto de interés», ha enfatizado el hijo del presidente mexicano, quien ha pedido también respeto para la «vida privada» tanto de él como de su familia.