Experta señala que la Atención Primaria es clave para detectar la mutilación genital femenina
La doctora Raquél Peláez, pediatra que lleva toda su vida profesional dedicada al abordaje de la mutilación genital femenina (MGF) en Atención Primaria, considera que los centros de Salud son por su cercanía a las familias y por el seguimiento que les pueden hacer, el marco fundamental para detectar tanto el hecho consumado de la MGF como para prevenir las situaciones de riesgo.
Por ello Raquel Peláez insiste en la necesidad de formarse, según señala a MedicosMundi. «Creo que los profesionales sanitarios y en concreto los pediatras debemos atender, abordar y tener capacidad formativa en el área de la detección y valoración del riesgo (relativo inminente) así como para tratar y disminuir en lo posible los efectos de la MGF en las niñas y adolescentes que ya han sido víctimas de esta práctica».
«Indudablemente la MGF es un problema de Salud Pública y una forma de violencia hacia las menores, por lo que es obligatorio tener formación y capacitación para poder dar respuesta desde nuestras consultas», añade.
Ante la pregunta sobre cómo abordar los protocolos frente a una víctima, la pediatra sigue las guías de actuación, evitando la judicialización y la confrontación como primera respuesta. No se puede olvidar que puede estar delante de un riesgo grave de vulneración de derechos humanos.
«Con empatía, pero sin olvidar la firmeza, debe acompañar a la familia en un camino de sensibilización al tiempo que identifica la situación de riesgo. Necesitará varias consultas para contextualizar ese riesgo, abordar las normas culturales, las actitudes de los padres e informar de los riesgos para su salud, junto con unas revisiones pediátricas planificadas», advierte.
También tienen la obligación de advertir a la familia del riesgo legal que corren los padres o tutores. La jurisdicción española es competente para perseguir la MGF realizada tanto dentro como fuera del territorio nacional y constituye un delito de lesiones tipificado en el Artículo 149. 2 del Código Penal y que, como delito público, es perseguible de oficio sin necesidad de denuncia previa.
Por otro lado, considera que «los profesionales de la salud debemos profundizar en las raíces de la MGF, el contexto en el que se produce y las consecuencias para su salud y su trayectoria vital como madres y mujeres. Y requiere de un enfoque transcultural por ser una cuestión íntimamente ligada a la identidad de estas mujeres».
«Supone acceder a una de las vivencias más íntimas y dolorosas que han sufrido, experiencias profundamente imbricadas con su pertenencia al grupo y, por lo tanto, requiere un trabajo empático de acompañamiento con la idea preventiva de retirar todas las prácticas lesivas que sufren las mujeres y niñas por el mero hecho de serlo, desde la participación y liderazgo de ellas mismas» concluye.