El presidente de Guinea Bissau asegura que «la situación está bajo el control del Gobierno»
Embaló confirma varias víctimas mortales durante los enfrentamientos
El presidente de Guinea Bissau, Umaro Sissoco Embaló, se ha dirigido este martes al país horas después del intento de golpe de Estado sufrido para asegurar que «la situación está bajo el control del gobierno» y que se encuentra «bien».
«Estoy bien gracias a dios. La situación está bajo el control del Gobierno. Agradezco a la gente de Guinea Bissau y a todas las personas más allá de nuestro país que se han preocupado por mi gobierno y por mí», ha dicho el presidente a través de su perfil de Twitter.
A su vez, en declaraciones a los periodistas desde el Palacio Presidencial, Embaló, acompañado por el primer ministro, Nuno Gomes Nabiam, ha agradecido a las fuerzas de defensa y de seguridad por impedir este «ataque a la democracia», según informa la agencia portuguesa de noticias Lusa.
El presidente Embaló ha asegurado que este intento de golpe de Estado ha sido un «acto bien preparado y organizado» y que «podría estar relacionado con personas relacionadas con el narcotráfico».
«Guinea-Bissau no se merece esto», ha lamentado Embaló que ha rechazado cualquier implicación en estos hechos, remarcando que es «un hombre de paz» y su compromiso con la no violencia. «Pido a la población que esté tranquila», ha dicho el presidente quien ha informado de que tras cinco horas enfrentamientos se han producido algunas muertes y varios detenidos.
Embaló ha hablado desde el Palacio Presidencial, donde ha sido traslado desde la cercana sede del Gobierno, donde ha permanecido retenido varias horas junto al primer ministro Nabiam, y parte del gabinete, después de que un grupo de hombres armados haya irrumpido en plena reunión del Consejo de Ministros.
A primera hora de la tarde se han registrado los primeros disparos a las puertas del Palacio de Gobierno en el centro de Bissau, generando cierto caos tal y como se ha podido ver en una serie de vídeos publicados en el perfil de Twitter del portal de noticias LSI Africa, que ha informado de la muerte de tres personas.
La primera en hablar de golpe de Estado ha sido la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO), que ha publicado un breve comunicado en el que ha condenado estos hechos y ha pedido a «los militares» que se «responsabilicen» de la integridad del presidente Embaló, así como del resto de su Gobierno, instándoles al mismo tiempo que regresen a sus cuarteles y mantengan una «postura republicana».
Más tarde ha hecho lo propio el presidente de la Comisión de la Unión Africana, Moussa Faki Mahamat, quien se ha expresado en los mismos términos y ha pedido a los militares que regresen «sin demora» a sus cuartales, garanticen la integridad del presidente Embaló y del resto de miembros del Gobierno y liberen a los detenidos.
El Gobierno de Portugal, antigua metrópoli del país, y el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, también han condenado lo ocurrido y han exigido el cese inmediato de los combates y pleno respeto para las instituciones democráticas.
La situación ha generado un pequeño caos en el centro de Bissau, la capital, donde otros edificios gubernamentales han sido acordonados por los militares, entre ellos las sedes del Ministerio de Defensa, del Comando de la Guardia Nacional, de la Marina de Guerra y del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas.
Estos acontecimientos tienen lugar pocos días después de que se produjera una cuestionada remodelación de gobierno por parte del presidente Embaló, que fue impugnada en un primer momento por la Asamblea del Pueblo Unido (APU), el partido del primer ministro, Nuno Gomes Nabiam.
Si bien finalmente la APU afirmó estar de acuerdo con dicha remodelación, aquel episodio es parte de las marcadas diferencias que han evidenciado en los últimos meses el presidente Embaló y el Ejecutivo de Nabiam a raíz de un polémico vuelo que llegó en octubre procedente de Gambia, bajo autorización presidencial.
Entre los afectados por esa remodelación de gobierno está el antiguo secretario de Estado de Orden Público, Alfredo Malu, que achaca su salida a las labores de inspección que junto a expertos estadounidenses hizo del avión a petición del primer ministro, quien en un primer momento aseguró que el aterrizaje de aquella aeronave era ilegal y lleva una carga sospechosa a bordo, aunque después acabó desdiciéndose.