La Fundación Manuel Fraga, «descapitalizada» y sin actividad diez años después de su muerte

Miles de libros y documentos siguen sin inventariar y García Leira, vicepresidente del Patronato, pide apoyo económico en vez de «promesas»

VILALBA (LUGO), 14

Una década después del fallecimiento de Manuel Fraga Iribarne, presidente fundador del PP, cientos de cajas con miles de libros y documentos que definen su trayectoria desde la dictadura franquista y su papel clave en la Transición y la etapa democrática permanecen sin inventariar en su casa natal de Vilalba (Lugo), sede de la Fundación que lleva el nombre de quien presidió la Xunta durante casi 16 años.

Así lo ha trasladado, en una conversación con Europa Press, el vilalbés José María García Leira, expresidente del Parlamento de Galicia y vicepresidente de una fundación que nació hace casi 20 años. «Si es que se puede considerar que aún existe», ha lamentado, antes de incidir en que la «descapitalización» de la entidad, «sin un solo euro», impide avanzar en el inventariado, clasificación y archivo de todo el patrimonio documental ubicado en la sede de la localidad chairega.

El inmueble estaba llamado a albergar un centro de estudios sobre derecho político, dado que acumula «todo el patrimonio documental» de Fraga. Así lo verbalizó el propio presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, en septiembre de 2011, cuando participó en una reunión del Patronato de la entidad en Vilalba pocos días después de un ataque a la casa de Fraga con un artefacto explosivo, con algunos daños materiales.

Entonces, se reunieron en la localidad miembros del Patronato, originalmente conformado con personalidades destacadas de diversos ámbitos como el jurídico, el político y el empresarial (con nombres como el de Isabel Tocino o Juan Miguel Villar Mir, entre otros). Y también el presidente Feijóo, quien ensalzó la «generosidad» de Fraga por donar «sus fondos bibliográficos, su documentación, cartas, escritos, pensamientos y biblioteca».

El economista Juan Velarde, como presidente de la Fundación trasladó aquel día que la Fundación podría crear en el futuro unos galardones para reconocer la labor de investigadores en el ámbito de la ciencia política, e incluso becas para estudiantes interesados en analizar «los fondos que hay en la casa», entre ellos unos 60.000 libros.

Y es que el propio Feijóo proclamó entonces que «todo lo que hizo Fraga durante 50 años estará en su casa natal, en Vilalba». Palabras que comparte García Leira, quien, preguntado acerca de si se ha producido algún tipo de actividad o de visitas, por ejemplo, de investigadores, ha respondido que, aunque hay estudiosos que han «mostrado interés», no se puede dar ningún paso «sin saber lo que hay ahí».

«NO HAY NI UN DURO»

Lo prioritario, bajo su punto de vista, es el «inventariado» y la clasificación, antes de «reabrir» la casa de Fraga al público o a investigadores interesados en su documentación. «Para ello hace falta dinero y no hay ni un duro», ha reflexionado el dirigente vilalbés, quien constata la falta de protectores y también de apoyo institucional, pese a que sí ha habido «promesas».

Pero «año tras año» y ya van muchos desde su nacimiento en 2004 (en febrero de 2005 la Fundación Manuel Fraga Iribarne fue declarada de interés gallego), García Leira no ve una concreción de estas «promesas». Pero, aún «implicado» en el proyecto, no renuncia a que este sea el año de que «sí se pueda poner en marcha».

«UNOS 100.000 EUROS PODRÍAN BASTAR PARA ARRANCAR»

Sus esperanzas están puestas en la Xunta, con Feijóo al frente, y considera que no sería necesaria «una gran necesidad de dinero». «Con unos 100.000 euros podría bastar para las labores de inventariado y clasificación, y a partir de ahí poder iniciar la actividad», ha calculado, tras incidir en que «el problema» para obtener una subvención es que «hay que tener actividad» y que «para tener actividad hace falta dinero».

Así, García Leira ve necesaria «una subvención inicial a fondo perdido». Pero también apunta que hace falta «tiempo» e implicación, y echa de menos una mayor presencia de jóvenes y de vocación «altruista» para impulsar la actividad de la Fundación, más allá de todo lo que se pueda «adorar y querer muchísimo» a modo de recuerdo público a quien fuera figura clave ya en la dictadura franquista, en la posterior Transición y en la etapa democrática, tanto de España como en Galicia.

PROPIEDAD Y RECONSTRUCCIÓN DEL INMUEBLE

Ahora la entidad no dispone de capital para avanzar, pero a lo largo de su historia sí ha contado con ayudas significativas, aunque circunscritas sobre todo a las reformas de la casa natal de Fraga, de la que tiene la propiedad. «La Fundación Villar Mir ayudó muchísimo a que se finalizasen las obras de la casa», recuerda García Leira.

Y es que, tras una intervención clave de la extinta Caixa Galicia, que posteriormente alcanzó un acuerdo para la cesión-venta del inmueble con la Fundación, la entidad escrituró la casa natal de Fraga, ubicada en la céntrica rúa da Pravia vilalbesa (justo enfrente de la Alameda, donde está el conocido busto del presidente fundador del PP), en el año 2007.

Pero eran precisas obras de reforma para adaptar el inmueble, que conserva muebles originales, fotografías y recuerdos, no solo como casa museo del dirigente popular, sino fundamentalmente como sede de la Fundación y espacio para albergar su legado bibliográfico y documental. Como rememora García Leira, fue fundamental el papel de la Fundación Villar Mir para avalar la inversión de una rehabilitación cuyo coste, certifica la hemeroteca, se situó en torno al millón de euros.

El 30 de septiembre de 2011, con el presidente fundador del PP aún con vida, Juan Velarde, contaba que lo que Fraga le había trasladado es que no quería «muebles viejos» en el que fuera su hogar, sino un lugar «para almacenar libros y que fuese cómodo para estudiantes».

Continuaba su anécdota el economista asegurando que le contestó a «don Manuel» que la casa había sido comprada por la Fundación, de la que él no compraba parte, y de la que el propio Velarde era «el presidente». «Allá vosotros», habría replicado el presidente fundador del PP, haciendo gala de lo que él definía como «carácter» y su fama, como mal genio.

HOMENAJES A SU FIGURA Y EL SUEÑO CUMPLIDO DEL GAIÁS

Este sábado 15 de enero se cumplirán 10 años de la muerte de Manuel Fraga, que se produjo a los 89 años en su domicilio de Madrid, aunque fue trasladado a Galicia y enterrado en Perbes (Miño-A Coruña), donde pasaba los veranos. En su lápida del cementerio local está esculpido el epitafio bo e xeneroso –bueno y generoso–.

A lo largo de los años, desde su partido le han realizado numerosos homenajes y está previsto que el propio Feijóo participe en una ofrenda floral este sábado en Vilalba, un acto simbólico, con pocos asistentes y sencillo, acorde a la situación que exige la pandemia de la covid-19.

El décimo aniversario de Fraga llegará, además, apenas unos meses después de que la Xunta haya dado por concluida, con la puesta en marcha del Edificio Fontán (que no figuraba en el proyecto inicial de Peter Eisenman, pero por el que se optó para tapar el hueco vacío del Teatro de la Ópera, que nunca llegó a construirse), el macrocomplejo de la Cidade da Cultura, que marcó la última etapa de Fraga en la política gallega y se considera su sueño .

El gran desembolso del Gaiás, con un coste de las construcciones de unos 350 millones, no ha estado exento de polémica. Así lo destaca también García Leira, quien recuerda con pena la «incomprensión» hacia este proyecto, y reivindica la figura de Fraga (tampoco exenta de contrastes) como «un visionario».

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