El acusado de violar a una joven asegura que las relaciones fueron «consentidas» y la víctima lo niega

«Con el lenguaje no verbal los dos sabíamos a lo que subíamos (a casa), a dormir seguro que no», ha dicho el acusado

El acusado de agredir sexualmente a una joven a la que había conocido esa misma noche de fiesta en Santander ha asegurado que las relaciones fueron «consentidas», por «un calentón de los dos» y de «mutuo acuerdo» después de que ésta accediera a subir a su casa. Mientras, la presunta víctima lo ha negado y ha insistido en que él la forzó a pesar de que ella le dijo «muchas veces» que «no» quería acostarse con él.

«Subió de mutuo acuerdo. Con el lenguaje no verbal los dos sabíamos a lo que subíamos, a dormir seguro que no», ha afirmado el acusado en su declaración en el juicio que por estos hechos se ha celebrado este jueves en la Audiencia Provincial.

Sin embargo, la chica ha asegurado que antes de subir a su casa le advirtió que no iba a tener sexo con él y, según ella, éste, a priori, estuvo «totalmente de acuerdo».

Los hechos que se enjuician, y por los que la Fiscalía pedía en su escrito de acusación para el acusado once años y medio de prisión y la acusación particular 12 y una indemnización de 10.000 euros, ocurrieron el 14 de junio de 2020.

Esa noche, el acusado y la denunciante se conocieron en un bar de Santander, donde ambos estaban con sus respectivos amigos. En un momento dado de la noche se besaron y, una vez acabada la noche de fiesta, y ya a primera hora de la mañana, la víctima accedió a subir a la casa de éste, donde presuntamente tuvo lugar la agresión.

En el relato de lo que ocurrió tanto durante la noche de fiesta como ya en la casa del acusado, las versiones de ambos han diferido.

Mientras que la víctima ha asegurado que durante la noche solo se habían dado un beso, el acusado ha mantenido que «se enrrollaron» varias veces por la calle y también en el coche de vuelta a casa.

Además, el acusado ha afirmado que sobre las 7.00 horas le preguntó a la chica si la llevaba a su casa o quería ir a casa de él, segunda opción ésta a la que, según su versión, ella no puso oposición.

Según ha explicado, cuando subieron a su casa él le ofreció ropa suya para que estuviera más cómoda y en el dormitorio siguieron besándose y tocándose y acabaron desnudos y manteniendo relaciones sexuales con penetración –según él, solo vaginal– «consentidas» y sin que ocurriera «nada fuera de lo normal» y sin «intimidación» alguna por su parte.

Ha señalado que, después de las relaciones sexuales, ella estaba «normal», aunque «seria», algo que –ha dicho– él interpretó por el hecho de que él se tenía que irse a trabajar sobre las 10.00 y ella quería «quedarse más tiempo» a su lado.

Según el acusado, antes de ir a trabajar, llevó a la chica a su casa y le dio su teléfono por si quería quedar a comer con él o seguir conociéndose. Ha relatado que, poco después de despedirse, ella le escribió un mensaje diciéndole que era ella, con lo que él guardó su número de móvil y le escribió que «descansara».

Cuando luego, intentó volver a hablar con ella se dio cuenta que ésta le había «bloqueado», algo que achacó a que o bien no le hubiera gustado o a que tenía novio.

Por su parte, la denunciante ha explicado que durante la noche de fiesta solo hubo un beso. Al decidir irse a casa, él se ofreció llevarla al domicilio (de ella) pero finalmente condujo hasta casa de él.

Pese a ello, la presunta víctima ha explicado que accedió a subir a dormir a casa de él porque ella le había dejado claro «por dos veces» que no iban a mantener relaciones sexuales y éste estuvo «totalmente de acuerdo». «Por eso puede ser que bajara la guardia», ha reconocido la chica, que ha afirmado que el acusado «parecía un chaval agradable».

Ya en casa, ella ha explicado que no volvieron a besarse, aunque se acostaron en la misma cama, aunque «espalda contra espalda» por lo que ella «se relajó porque se suponía que había quedado todo claro».

Sin embargo, ha relatado que, en un momento dado, él «se dio la vuelta», se colocó encima de ella e intentó bajarle los pantalones.

La chica ha explicado que entonces ella le dijo al acusado «de manera verbal y también física», rechazándolo con el cuerpo, que no quería tener sexo. «Mi negativa era constante. Se lo dije muchas veces y en muchos tonos», ha reiterado.

Pese a ello, ha manifestado que el acusado, pese a su oposición, le bajó los pantalones y la penetró vaginal y analmente y ella «gritó» e insistió en su negativa pero «no sabía que más hacer».

Ha señalado que después de que él eyaculara fuera, ella acudió fue al baño a limpiarse. Según ha explicado, en ese momento, se encontraba «paralizada» y «asimilando» que le «acababan de violar». «Yo estaba que no estaba», ha explicado.

Ha reconocido que, después de lo ocurrido, ella dejó que el chico la llevara a casa porque «no se encontraba con fuerzas de ir sola» y ha señalado que ya en el portal de su casa aceptó a darse los números de teléfono porque quería tenerlo por si finalmente le denunciaba.

La víctima ha indicado que, de esta manera, al escribirle, consiguió hacer una captura de la foto de perfil que él tenía en el whattsap. Posteriormente, borró su número.

La chica ha relatado que cuando ya estuvo en su casa le contó a dos amigas por whattsap lo que le había ocurrido pero hasta unos días después no tuvo fuerzas para acudir a Urgencias a que la examinaran y denunciar los hechos.

PERITOS

En el juicio también han declarado como peritos las médicos forenses y el facultativo de Urgencias que la examinaron tras los hechos, quienes han explicado que la chica presentaba una lesión «reciente» en su vagina que es «compatible» con los hechos que ella relata, aunque han aclarado que «no es la única causa».

«Es una lesión bastante inespecífica. Puede ser por falta de lubricación, por una penetración algo más fuerte…», han reconocido.

Además, han señalado que ésta era la única lesión que presentaba la víctima: ninguna herida en la zona anal y tampoco hematomas en los brazos, donde, según la víctima, el acusado le había agarrado durante la agresión.

También, las médicos forenses que atendieron a la chica han explicado que aprecieron en ella síntomas de estrés postraumático y una «gran repercusión emocional».

Sin embargo, el médico psiquiatra que, a petición de la defensa del acusado examinó a la víctima ocho meses después de los hechos, ha expresado sus «dudas» sobre el relato de la chica y los síntomas de estrés que ésta presentaba.

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