Los expertos de Elcano no prevén avances en la relación con EEUU y temen un choque entre Argelia y Marruecos
Advierten de que las «debilidades económicas», «el convulso clima político» y el cambio de ministros no ayudan a España
El año 2022 no traerá seguramente avances significativos en la relación bilateral de España con Estados Unidos, según los expertos del Real Instituto Elcano, que advierten también del riesgo de un enfrentamiento entre Argelia y Marruecos e inciden en toda una serie de «debilidades» que no ayudan al Gobierno en su acción exterior.
En su informe España en el mundo en 2022: perspectivas y desafíos , los principales investigadores del think-tank español repasan entre otros los aspectos reputacionales de España, los desafíos de seguridad o las relaciones con otros países.
En el contexto de incertidumbre actual, «la política exterior española puede beneficiarse de diversas fortalezas y oportunidades potenciales, pero también estará condicionada por debilidades de tipo político, económico y de gestión», subrayan.
El Gobierno ha expresado su «deseo de impulsar una acción exterior más ambiciosa a medio-largo plazo» pero «la coyuntura a corto ha resultado adversa para desplegar el liderazgo, la anticipación y la proyección» que se expresan en la Estrategia de Acción Exterior anunciada en abril pasado.
Según los investigadores de Elcano, la pandemia ha vuelto a «mostrar importantes debilidades económicas del país como una capacidad industrial y de innovación insuficiente, mucha dependencia del turismo y problemas fiscales solo temporalmente aplazados gracias a los fondos europeos».
CLIMA POLÍTICO Y CAMBIO DE MINISTRO
«El convulso clima político interno es otro factor que impide aprovechar mejor las oportunidades existentes en política exterior y en la UE», añaden, apuntando entre otras cosas a la situación en Cataluña y a la «fuerte polarización sobre casi todas las cuestiones domésticas».
También resaltan las «discontinuidades» en el Ministerio de Asuntos Exteriores por donde desde 2016 han pasado cinco titulares, con el consiguiente «cambio de etapa». «Cada uno de esos relevos ha venido acompañado de la correspondiente propuesta para renovar planes, organigramas y equipos, sin que luego haya habido mucho tiempo para que den fruto los énfasis novedosos», lamentan.
En el caso del nuevo ministro, José Manuel Albares, «parte con la ventaja de una relación estrecha con el presidente del Gobierno, de quien ha sido su principal asesor internacional durante años, tanto en el partido como luego en la Moncloa», además de conocer bien «el contenido de la cartera, al ser diplomático de carrera».
«De cara a 2022, la posición general de España en el escenario internacional y europeo estará marcada por el ritmo con el que se recupere la economía y la capacidad de desplegar reformas en el ámbito verde y digital con cargo a los fondos Next Generation EU», advierten desde el think-tank .
«Desde un punto de vista más político el objetivo es conseguir asentar una dinámica de certidumbre y estabilidad que se extienda también a la gestión operativa», subrayan los expertos, que ponen de relieve que en la agenda de los próximos meses estarán entre otras cosas la cumbre de la OTAN de Madrid.
RELACIÓN CON LA UE Y EEUU
A nivel europeo, «2022 es un año para que España implemente en tiempo y forma las reformas e inversiones acordadas con la Comisión en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y para definir las prioridades y pautas de conducta a materializar» durante la Presidencia de turno de la UE que ostentenará en el segundo semestre de 2023.
Respecto a esta cuestión, lamentan el «contratiempo» de la salida a finales de diciembre del secretario de Estado para la UE, Juan González-Barba, resaltando que «en apenas seis años» han sido seis las personas que han ocupado «un puesto cuya duración media en las primeras tres décadas de pertenencia había sido de unos cinco años».
Entre los temas a debate y que interesan particularmente a España figuran la transformación en permanente del Instrumento Europeo de Recuperación así como la reforma de las reglas fiscales, si bien en este último asunto los expertos de Elcano dudan que pueda salir adelante la flexibilización del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que defiende el Gobierno, antes de finales de 2022, ya que el pacto expira el próximo año.
Por lo que se refiere a Estados Unidos, la llegada de Joe Biden ha supuesto un cambio en la relación trasatlántica pero también «el fin de una era» puesto que el nivel de interés de Washington por Europa «decrece».
En el plano bilateral, el informe reconoce que la relación «no ha estado exenta de fricción» en el último año, citando entre otros «la polémica por el breve encuentro en la Cumbre de la OTAN» entre Sánchez y Biden.
La nueva embajadora estadounidense en Madrid, Julissa Reynoso, llegará próximamente y «no se espera una cumbre entre Washington y Madrid antes de la Cumbre de la OTAN», afirman los expertos. «Todo indica, por tanto, que la agenda España-EEUU continuará llevándose por cauces exclusivamente transatlánticos (Bruselas-Washington), lo que resta potencial a España», inciden.
RUSIA, AMÉRICA LATINA Y EL MAGREB
Respecto a Rusia, resaltan que la posición española «ha estado tradicionalmente influida por la lejanía geográfica y unas relaciones económicas de baja intensidad». «España no tiene una política exterior específica hacia Rusia, sino que la desarrolla dentro del marco de la UE y la OTAN», destacan en otro de los artículos.
Los desafíos de Rusia para la UE también lo son para España, señalan, citando «la dependencia energética, la creciente rivalidad entre Bruselas y Moscú en los países que forman parte de la Política de Vecindad Oriental de la UE (Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Georgia, Moldavia, Ucrania), y la ausencia de una estructura de seguridad y defensa europea».
En este contexto, España podría jugar un «doble papel», por una parte manteniendo su participación dentro de la OTAN «en la vigilancia del espacio aéreo de los países bálticos» y por otra contribuyendo «a reforzar la unidad europea en su relación con Rusia», lo que pasa por «fortalecer la resiliencia democrática» de los estados miembro y apoyar las transiciones democráticas en los antiguos estados soviéticos «para escapar de la influencia de Moscú».
«España afronta 2022 con renovados desafíos en América Latina, tanto en sus relaciones regionales como bilaterales, pero también en las relaciones diplomáticas y económicas (inversiones y comercio)», destacan los expertos en otro de los artículos del informe.
A nivel bilateral, «la naturaleza del vínculo depende de cada país y del sesgo político ideológico de cada gobierno», con Venezuela, Nicaragua y Cuba como los países más complicados. Por otra parte, apuestan por trabajar con el Alto Representante y el Servicio Europeo de Acción Exterior para intentar relanzar la relación entre la UE y América Latina.
Por último, advierten de que «el riesgo de escalada entre Argelia y Marruecos es real» después de que Argel rompiera relaciones con Rabat en agosto. «No se debe descartar un enfrentamiento armado directo o con la implicación del Frente Polisario» lo cual podría «incendiar el norte de África, desestabilizando sus vecindarios mediterráneo y saheliano».
Así las cosas, consideran urgente «buscar vías de desescalada para evitar males mayores», incidiendo en que España «debe buscar que baje la tensión entre sus vecinos meridionales y que se establezcan canales de diálogo».
«Si esa vía no da resultados y la conflictividad pone en riesgo intereses nacionales, el Gobierno español debería adoptar medidas más asertivas y firmes, que serían más efectivas cuanto más respaldo político y social tuviesen y más coordinación se buscara en el ámbito europeo», subrayan, sin aclarar qué tipo de acciones habría que emprender.