Cs asume que el Congreso a veces es un «circo», pide a Batet ser más estricta y critica la politica performance de Vox

Bal avisa de que la investigación sobre el emérito «no puede prorrogarse indefinidamente» pero no ve «manos oscuras» en la demora

Ciudadanos considera que la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, debería ser más «estricta» en la defensa del «decoro» de la Cámara para mantener «el buen nombre» de la institución y sostiene que así también contribuiría a «bajar el tono de la crispación» en un hemiciclo que, en ocasiones, «parece un circo» y en el que, además, se ha hecho un hueco lo que define como «política performance» de Vox.

Así lo expone en una entrevista a Europa Press el portavoz adjunto de Ciudadanos en el Congreso, Edmundo Bal, quien, en cualquier caso, reconoce que Batet no tiene una función «fácil» porque es imposible «contentar a todo el mundo» desde la Presidencia y siempre se va a encontrar con «alguien enfadado».

De entrada, el dirigente del partido naranja ha reiterado su crítica a Batet por permitir, como también hizo en su momento la popular Ana Pastor, que la ceremonia de acatamiento de la Constitución se convirtiera en una «pantomima» con los diputados utilizando todo tipo de expresiones al tomar posesión del escaño.

Y ahora también sugiere a Batet que se conduzca con más firmeza para evitar «que se quebrante el decoro» y que no permita, por ejemplo, «expresiones que puedan ir en contra del honor de cualquier persona o institución» como las que, reseña, se han dedicado a la Jefatura del Estado o a miembros de la Judicatura.

A su juicio, no se trata de expulsar el hemiciclo a quien incurra en ese comportamiento, pero sí se deberían quitar esas expresiones del Diario de Sesiones y que no exista «ningún tipo de condescendencia» con quien «insulta a otra por haber dicho lo que le ha parecido desde el punto de vista político».

«Si yo fuera presidente sería un poco más estricto en relación con el mantenimiento del decoro de la Cámara, no por las personas a las que van dirigidos los exabruptos y los insultos, sino por mantener el buen nombre y la imagen del propio legislativo ante la ciudadanía, porque no parezca esto un circo o un teatro», resume el portavoz adjunto de la formación naranja.

HAY QUE SUPERAR LA CRISPACIÓN

Además, sostiene que velar por el respeto a «ciertas reglas de comportamiento también sería bueno para bajar el tono de la crispación». «Hasta que no superemos esto vamos a seguir dando un espectáculo lamentable a los ciudadanos», se queja.

Bal clama contra los «abucheos», los «gritos», los «golpes en los escaños» y las «patadas en el suelo» que se produce en algunas sesiones y de las que responsabiliza a PSOE, PP, Vox y Unidas Podemos. «Los cuatro grandes meten mucho ruido, cuando se montan trifulcas aquello parece un mercado», denuncia, recriminándoles su «mala educación», sus formas «barriobajeras» y su «absolutamemente despreciable falta de respeto» ante «opiniones que no les gustan».

Por contra, considera que Ciudadanos da «ejemplo de cortesía, educación y saber estar» aun cuando sus diputados defienden sus argumentos con «vehemencia» o incluso «enfado». «Somos seres humanos, no somos vegetales, puedes salir y venirte un poco arriba con un discurso más incendiario o con más energía, pero mantenemos el respeto porque creemos que quien piensa diferente de nosotros tiene derecho a hacerlo», apostilla.

En este contexto, llama a la reflexión a las direcciones de los grupos más numerosos para que pidan a sus diputados que «moderen el tono». «No se trata de que estemos anestesiados», admite, pero sí de «comportarse con educación».

EL «RUIDO TREMENDO» DE VOX

Y, en este contexto menciona expresamente algunas «barbaridades» e «insultos» proferidos desde la bancada de Vox contra otros miembros de la Cámara y carga también contra la «política de perfomance» que atribuye a los de Santiago Abascal. «Propositivamente Vox no hace absolutamente nada, monta un ruido tremendo y a veces fuerzan ser expulsados del hemiciclo para dar más teatralidad a su actuación», apunta.

Por ejemplo, recuerda que en 2020 no participaron en la Comisión de Presupuestos y que no presentan enmiendas a la ley «más importante» en la que todos los partidos «poner números» a su proyecto político. «Solución a los problema reales aporta cero, aporta nada», sentencia, censurando también su estrategia de llevar todo a los tribunales. «Debe andar por los 1.500 recursos y ha ganado tres», ironiza el dirigente de Ciudadanos.

Bal, que también recrimina al PP su querencia por los tribunales, considera que ésa es muy mala estrategia porque la Justicia, «que pagamos todos», ya está «atascadísima» y porque no se puede convertir a los jueces en «árbitros de la política». «Los partidos deben acudir a la Justicia de forma muy residual, siempre como última posibilidad», defiende.

Por otra parte, respecto al Rey emérito, Bal admite que, después de toda su carrera como abogado del Estado «persiguiendo el delito fiscal» le ha parecido «absolutamente decepcionante» la conducta de Juan Carlos I y su confesión de que debía dinero a Hacienda, pero hace hincapié en que ese comportamiento y esa «falta de ejemplaridad» no pueden utilizarse «para acabar con la Monarquía parlamentaria» como, a su juicio, pretenden hacer partidos como Podemos.

En este sentido, recalca que no se puede ser «injusto» y cuestionar, a raíz de lo que sabemos ahora de Juan Carlos I, su «papel protagonista en el milagro que fue la Transición española».

Además, Bal discrepa de quienes sostienen que el comportamiento del rey emérito puede afectar a la Corona ahora representada por Felipe VI, a quien elogia por haber tenido un «comportamiento intachable» teniendo en cuenta el asunto con lo que le ha «tocado lidiar».

«Ha tomado medidas, ha incentivado la transparencia de la Casa del Rey, ha renunciado a cualquier derecho sucesorio que pudiera tener en la fortuna del rey emérito… Tenemos un jefe del Estado que de verdad se comporta de una forma excelente para los intereses generales de nuestro país y creo que la población se lo reconoce por mucho que el caso de su padre no sea precisamente de ejemplaridad»

A LA ESPERA DE QUE SUIZA COMUNIQUE EL ARCHIVO

Respecto a la tardanza de la Fiscalía del Supremo en decidir sobre las diligencias informativas abiertas sobre Juan Carlos I, Bal explica que se trata de un caso «muy complejo» porque los hechos investigados «suceden en el extranjero» y hay que contar con la colaboración de ese país para poder hacer las correspondientes indagaciones.

Sin tener más información que la publicada, Bal cree que lo que está esperando la Fiscalía española es que el fiscal suizo le notifique el archivo de la causa abierta en aquel país o cualquier otra información que aún no haya recibido para poder tomar una decisión.

«Lo que sí está claro es que estas diligencias informativas de la Fiscalía no se pueden prorrogar indefinidamente y hay que decidir si convertirlas en diligencias de investigación judicial o finalmente pegar carpetazo y sobreseer las diligencias informativas», explica, rechazando cualquier «teoría conspirativa» sobre posibles «manos oscuras» detrás de los fiscales interesadas en mantener aún abierto este tema.

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