Las intervenciones coronarias percutáneas descienden un 10% en 2020, según la SEC
Las intervenciones coronarias percutáneas (ICP), que son aquellas destinadas a restablecer el flujo sanguíneo en las arterias, cayeron un 10,1 por ciento durante 2020, situándose en niveles de 2015, según los datos del Registro Español de Hemodinámica y Cardiología Intervencionista correspondientes al año de la pandemia de la COVID-19, llevado a cabo por la Asociación de Cardiología Intervencionista de la Sociedad Española de Cardiología (ACI-SEC) y publicado en Revista Española de Cardiología (REC).
Sin embargo, tal y como ha reconocido el primer firmante del trabajo Rafael Romaguera, la disminución es menor de la esperada porque «durante las primeras semanas de confinamiento se registró un descenso mucho mayor, pero cuando terminó la primera ola se produjo un rebote de la actividad».
De entre todos los procedimientos, los que mayores descensos han registrado han sido las intervenciones percutáneas no emergentes y los cateterismos diagnósticos. Por el contrario, los que menor caída han sufrido han sido algunos procedimientos estructurales como el implante percutáneo de la válvula aórtica (TAVI), del que se ha registrado una caída de solo un 0,9 por ciento mientras que otros incluso han incrementado. Es el caso de la reparación mitral con clip, y el cierre del foramen oval permeable, con subidas del 13,8 por ciento y del 19,4 por ciento, respectivamente.
Otra de las principales conclusiones del registro, tal y como apuntan los expertos, es la marcada heterogeneidad que se viene consolidando a lo largo de los años entre las diferentes comunidades autónomas en cuanto a la penetración de tratamientos con demostrado impacto pronóstico, como la angioplastia primaria, la guía de presión o el TAVI.
«Algunas comunidades como Navarra, Aragón, Asturias, País Vasco y Madrid se acercan a la media europea de una guía de presión por cada cinco intervenciones coronarias percutáneas mientras que otras como Castilla-La Mancha, Canarias, Baleares y Andalucía realizan menos de una por cada doce ICP», ha destacado Rafael Romaguera.
También resulta llamativo para los expertos el caso del TAVI. La estenosis aórtica grave es la enfermedad más frecuente en la edad adulta, afectando a un cinco por ciento de los mayores de 65 años y con una mortalidad del 97 por ciento a los cinco años. Las guías de práctica clínica dan al TAVI una fuerte recomendación, a raíz de la efectividad demostrada en estudios recientes.
«Sin embargo, nuestro registro pone de manifiesto que, si bien regiones como Galicia o Cantabria superan ampliamente la media europea de 141 TAVIS por cada millón de habitantes, la gran mayoría se encuentra por debajo. Resultan especialmente llamativos los casos de Aragón y La Rioja, que no llegan a las 50 TAVIS por cada millón de habitantes», ha concluido Romaguera.