El joven acusado de intentar matar a otro al que apuñaló niega los hechos: «No estaba allí»
El juicio se ha suspendido por la incomparecencia de un testigo clave y continuará el 13 enero
El joven brasileño de 18 años acusado de intentar matar a otro, de 19 y exnovio de su hermana, al que apuñaló, ha negado los hechos y ha asegurado que en ese momento «no estaba allí». También ha negado lo sucedido el otro acusado que supuestamente ayudó a huir en coche al agresor.
El juicio, celebrado en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cantabria este jueves, 16 de diciembre, se ha suspendido por la incomparecencia de uno de los testigos clave, que se encontraba con la víctima en el momento del apuñalamiento, y continuará el 13 de enero a las 9.30 horas tras volver a ser citado.
El acusado principal ha explicado que en la madrugada el 22 de abril de 2018 acudió con unos amigos a la discoteca Kandina de Santander sobre las 3.00 horas y cuando salieron del local para fumar un cigarro y seguir bebiendo en el coche fue «agredido» por la presunta víctima mientras se encontraba de espaldas, quien le «agarró del cuello».
Según su relato, a continuación se fue a dormir a casa de su pareja. Así, ha asegurado que «cuando sucedieron los hechos yo no estaba allí». También ha negado haber portado cuchillos o navajas y ha destacado que la víctima, con quien no tenía «mala relación» pero sí «discusiones», tiene «problemas con mucha gente» y cree que pueda estar «amenazado» por el autor de los hechos.
Por su parte, el otro procesado, acusado de ayudar a huir al agresor, a quien conocía desde hacía unos seis meses, ha asegurado que la víctima, que estaba bastante «exaltado», «agarró del cuello» a su compañero y se produjo un forcejeo, pero no hubo un segundo incidente.
Según sostiene, tras separarles, el agresor intentó coger una botella, pero se la quitaron para «evitar problemas» porque estaba de permiso en el centro de menores, y se marcharon a casa en coche sin ver «nada». Además, ha dicho no recordar ir «muy rápido» ni haber adelantado a otro vehículo.
Del mismo modo, parte del grupo que les acompañaba aquella noche ha declarado que la víctima «cogió del cuello» al acusado y después se fueron todos a casa en coche «tranquilamente» porque no querían «movidas». Así, han indicado que se enteraron de dicho apuñalamiento al día siguiente.
Por el contrario, la víctima, también de origen brasileño, ha afirmado que aquella noche se encontraba con un amigo fuera de la discoteca y fue a hablar con el acusado –a quien había denunciado anteriormente por amenazas–, cuando este le intentó golpear con una botella, por lo que le empujó y volvió a entrar al local.
Según ha relatado, a la salida de la discoteca el agresor le estaba «esperando fuera», salió del coche, sacó el cuchillo de la cintura, le «pinchó y movió el cuchillo», salió corriendo y se fue en coche «rápido», aunque no recuerda quién conducía.
Fue entonces cuando acudió en busca de auxilio, consiguiendo que un conocido peluquero le acercara con otros acompañantes al Hospital Valdecilla.
Precisamente, estos testigos han señalado que la víctima golpeó la ventanilla de su coche, que se encontraba en las inmediaciones de la discoteca cuando se disponían a volver a casa, a quien socorrieron porque perdía «mucha sangre» y tenía «las tripas fuera». Todos ellos han coincidido en haber visto un coche Renault blanco salir «muy rápido» momentos después del suceso.
En el juicio también han declarado los forenses, que señalan que la víctima sufrió un riesgo de «carácter vital, de no haber mediado atención médica y tan rápido como se le proporcionó».
Según el informe de lesiones, la herida, que fue «profunda», se produjo por un arma blanca, afectando al intestino, que «se salió», y provocando una hemorragia interna con la que perdió un litro de sangre.
DELITOS Y PENAS
Los hechos constituyen, a juicio de la Fiscalía, un delito de asesinato en grado de tentativa –del que es autor el supuesto agresor– y otro delito de encubrimiento –atribuido al conductor del vehículo en el que huyó el anterior–.
La pena solicitada para el primero asciende a nueve años de prisión y el pago de una indemnización de 7.600 euros a favor del agredido, y de 12.300 euros para el Servicio Cántabro de Salud por los gastos médicos generados. Para el segundo, la petición de condena asciende a un año y medio de cárcel. Por su parte, la defensa pide su libre absolución.