La ONU advierte de «nuevos vientos en contra» que hacen peligrar la paz en Sudán del Sur
El representante especial y Jefe de la Misión de Naciones Unidas en Sudán del Sur (UNMISS), Nicholas Haysom, ha lanzado este miércoles una advertencia al Consejo de Seguridad sobre la amenaza de «nuevos vientos en contra» que pueden hacer peligrar el acuerdo de paz.
«Hago un llamamiento a las partes para que desarrollen un renovado sentido de voluntad política y generen confianza, para evitar un estado de parálisis y, en el peor de los casos, el colapso del acuerdo de paz», ha advertido.
Haysom ha dado la bienvenida a algunos de los avances que se han hecho en el país, como los nuevos nombramientos parlamentarios o la aprobación de leyes que, una vez aprobadas en el Parlamento, puedan guiar y allanar el camino para las elecciones sursudanesas.
Si bien la Misión de Naciones Unidas en Sudán del Sur (UNMISS) ha señalado que ha habido ciertos avances en implementación del Acuerdo de Paz Revitalizado de Sudán del Sur, se ha destacado en la reunión del Consejo de Seguridad que el proceso constitucional está debilitado, que hay una financiación inadecuada y también numerosos problemas de seguridad, humanitarios y ambientales que amenazan la sostenibilidad del proceso de paz.
En ese mismo sentido, ha expresado su preocupación por la «lenta» puesta en marcha de la legislación fundamental que facilite la elaboración de una Constitución y la preparación de las elecciones, previstas para 2023.
En cuanto a la protección civil, Haysom ha resaltado que UNMISS «está haciendo todo lo posible» para apoyar al Gobierno sursudanés, incluso mediante el despliegue de bases de operaciones temporales que permitan una rápida asistencia humanitaria, estabilización y seguridad para los desplazados que regresan, según un comunicado de Naciones Unidas sobre la reunión del Consejo de Seguridad.
En lo que respecta a la protección de la población civil, Haysom ha atribuido la reducción de víctimas –a la mitad en 2021 en comparación con el año anterior– a la acción de la Misión, aunque ha advertido a los miembros del Consejo que los civiles siguen siendo los más afectados por el conflicto, ya que todavía se siguen perpetuando «los ciclos de trauma y venganza que socavan las perspectivas de una reconciliación a largo plazo y una sanación social».
Asimismo, ha añadido que la Misión también está trabajando para abordar los riesgos de seguridad relacionados con el clima, dada la frecuencia cada vez mayor de sequías e inundaciones graves en Sudán del Sur.
En este sentido, Haysom ha declarado en una rueda de prensa posterior al Consejo de Seguridad que las recientes inundaciones en el país han dejado cerca de un millón de personas desplazadas en una situación humanitaria que ha calificado de «terrible».
El país, además, enfrenta sus niveles más altos de inseguridad alimentaria desde que obtuvo la independencia en 2011 y, entre abril y julio, se estima que cerca de 7,2 millones de personas se encontraban afectadas por la crisis. Se estima que en 2021 alrededor de 1,4 millones padecen desnutrición aguda y necesitan tratamiento, la cifra más alta desde 2013, según datos de un comunicado de Naciones Unidas.
Sudán del Sur se independizó de Sudán en 2011, tras décadas de conflicto y un referéndum de por medio. Apenas dos años después el país se vio sumido en una cruenta guerra civil que se saldó con miles de muertos.
El país cuenta con un Gobierno de unidad que echó a andar tras la materialización del acuerdo de paz firmado por el presidente, Salva Kiir, y el principal líder rebelde y actual vicepresidente primero, Riek Machar. Entre los principales puntos pendientes figura la unificación de las fuerzas de seguridad, prevista para este mes tras numerosos aplazamientos.
La Presidencia sursudanesa anunció en enero que las partes firmantes del acuerdo de paz de 2018 habían acordado extender una vez más el periodo de transición, en esta ocasión hasta 2023, para dar margen a la aplicación de las cláusulas del pacto.