La fiscalidad y el «ruido» de cambios regulatorios estarían ralentizando la recuperación, según el IEE

Advierte de que sería «contraproducente» que la reforma fiscal conllevase subidas en Sociedades y Patrimonio

El Instituto de Estudios Económicos (IEE) ha advertido de que el aumento de la presión fiscal, sobre todo en el plano empresarial, así como el «ruido» sobre cambios regulatorios en algunos sectores son algunos de los factores que estarían influyendo en que la recuperación de la economía española sea más lenta de lo deseado.

Durante la presentación este lunes del Índice de Competitividad Fiscal 2021 el presidente del IEE, Íñigo Fernández de Mesa, ha explicado que el «ruido» sobre cambios regulatorios que tienen que ver con el sistema eléctrico, la vivienda o la reforma fiscal están generando un clima que reduce la confianza. De hecho, ha señalado que el consumo no se está comportando como debería, al igual que sucede con la inversión.

«La fiscalidad es un elemento importante y también el ruido normativo en otras áreas», ha avisado el presidente del IEE, tras apuntar que España ha sufrido un deterioro de la competitividad fiscal en el último año.

ESPAÑA RETROCEDE PUESTOS EN COMPETITIVIDAD FISCAL

En concreto, ha retrocedido hasta el puesto 30 del Índice de Competitividad Fiscal, de los 37 países analizados, con una calificación de apenas 57,1 puntos. De hecho, España es uno de los países desarrollados con mayor presión fiscal normativa, situándose la misma un 12% por encima del promedio de la UE.

«En términos relativos, la posición española se ha visto deteriorada no solamente porque ha subido los impuestos, sino porque no los ha bajado a semejanza de lo que han hecho los países de nuestro entorno», ha explicado el presidente del IEE.

Entre las figuras tributarias por las que España sale «mal parada» se encuentran, según el IEE, el Impuesto de Sociedades, con una presión fiscal superior a la media de la OCDE y la UE, y sobre todo en cuanto a la imposición patrimonial –impuesto de sucesiones e impuesto de patrimonio–.

El informe analiza, según datos de Eurostat, la proporción de recaudación que en España procede de las empresas, que es considerablemente superior a la media europea, ya que los ingresos públicos que aportan las empresas con respecto al total son del 31,9%, mientras que la media de la eurozona es del 25%.

En relación con el Impuesto sobre Sociedades, España presenta una presión fiscal normativa un 27,2% más elevada que la media de la UE, y un 22,2% superior al del promedio de la OCDE, produciendo un sensible empeoramiento frente a 2020, donde ocupaba la posición 28 de los 36 países analizados, mientras que en 2021 ha descendido hasta la posición 32 de un total de 37 países.

Respecto a la imposición patrimonial la situación de España es aún peor, según el estudio, ya que en este caso, la posición de España es un 40,8% peor que la de la UE, y un 38% menos competitiva que el promedio de la OCDE.

En cuanto a la imposición sobre la renta de las personas físicas, su efecto conjunto con las cotizaciones a la Seguridad Social (cuña fiscal) es, en España, del 39,3% en 2020, lo cual significa que el salario neto que finalmente recibe el empleado constituye el 60,7% del coste laboral. En relación con la cuña fiscal, España se encuentra por encima de la media de la OCDE, que es del 34,6%.

Entre los países donde el IRPF es más progresivo, España se sitúa en noveno lugar de un total de 22 analizados. Además, supera en progresividad la media de la UE y se sitúa en la media de la OCDE, al alcanzar el valor 112,8 frente a 112,9 de media de la OCDE y 100 de la UE. Así, según este indicador, en España el impuesto sobre la renta es un 12,8% más progresivo que el promedio de la UE.

ABOGA POR EVITAR SUBIDAS EN SOCIEDADES Y ELIMINAR PATRIMONIO

Ante esto, el IEE ha señalado que es posible recaudar un volumen de recursos similar al actual sin aplicar un marco impositivo «tan complejo y distorsionador».

Así, han instado a acelerar el crecimiento y favorecer el despegue empresarial, para lo que deben tomarse medidas urgentes que conviertan al país en uno de los mercados de la OCDE con mejor tratamiento fiscal de la actividad mercantil.

De igual manera, el Instituto también cree que ha llegado el momento de plantear el «repliegue» de la fiscalidad aplicada a las propiedades, al patrimonio y a las herencias. «España es el único país de la Unión Europea que sigue teniendo un Impuesto sobre el Patrimonio. Esta situación no es sostenible y, en aras de una mejora de la competitividad fiscal, ambos tributos deben ser reducidos progresivamente hasta conseguir su eliminación», ha urgido.

Además, de cara al futuro, el IEE ha avisado de que un incremento de los impuestos prolongaría la crisis y ralentizaría la vuelta al crecimiento y a la senda de reducción y sostenibilidad de la deuda pública. Por ello, ha instado a que la reforma fiscal, que actualmente analiza un comité de expertos, no suponga un aumento de la presión fiscal en Sociedades y Patrimonio. «Sería contraproducente», ha alertado.

Ante esto, aboga por que se incida más en la reducción del fraude fiscal y en la optimización de la eficiencia del gasto público para la consolidación presupuestaria.

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