HRW denuncia la ejecución de «decenas de civiles» en dos ciudades de Etiopía controladas por el TPLF
La ONG exige una «investigación internacional independiente sobre los presuntos «crímenes de guerra» en Tigray y Amhara
La ONG Human Rights Watch (HRW) ha denunciado este jueves la ejecución de «decenas de civiles» en dos ciudades controladas por el Frente Popular para la Liberación de Tigray (TPLF) en la región de Amhara, en el norte de Etiopía.
Varios integrantes del TPLF habrían irrumpido el 31 de agosto en Chena, distrito de la región suroeste de Etiopía, y durante cinco días continuados habrían asesinado a 26 civiles en quince incidentes separados, antes de retirarse el 4 de septiembre, ha detallado la organización.
El fuego cruzado entre el Ejército etíope y las milicias aliadas de Amhara, también se habría repetido el 9 de septiembre, en la ciudad de Kobo, en la zona Semien Wollo en la región de Amhara, cobrándose la vida de al menos 23 personas en cuatro incidentes como represalia por los ataques de varios agricultores, han asegurado varios testigos a HRW.
«Estos asesinatos y otras atrocidades cometidos por todas las partes del conflicto subrayan la necesidad de una investigación internacional independiente sobre los presuntos crímenes de guerra en las regiones de Tigray y Amhara en Etiopía», ha asegurado la actual directora de la división de Crisis y Conflicto de HRW, Lama Fakih, en un comunicado.
Asimismo, HRW ha pedido al Consejo de Derechos Humanos de la ONU una sesión especial «sin demoras» sobre Etiopía para «para informar públicamente sobre los abusos relacionados con los conflictos, preservar las pruebas y allanar el camino para una rendición de cuentas creíble». También ha exigido al Consejo de Seguridad de la ONU que agregue a Etiopía a su agenda formal e imponga sanciones específicas, así como un embargo de armas global.
El conflicto en Etiopía comenzó en noviembre de 2020 cuando el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, ordenó una ofensiva militar en represalia por el ataque a la base del Ejército en Mekelle tras meses de tensión entre el TPLF y el Gobierno central. Desde entonces, cerca de 3,7 millones de personas necesitan asistencia humanitaria en la región de Amhara, zona a la que se extendieron los combates en julio.
En febrero, HRW denunció crímenes de guerra llevados a cabo por el Ejército etíope tras bombardear Mekelle, la capital de la región Tigray, en la que había hospitales, escuelas y mercados, dejando a 83 civiles muertos e hiriendo a más de 300.
«Al principio, las fuerzas federales etíopes dispararon artillería en las áreas urbanas de Tigray de una manera aparentemente indiscriminada que seguramente causaría víctimas civiles y daños a la propiedad», reconoció en febrero la directora en el Cuerno de África de HRW, Laetitia Bader.