Más de 290 periodistas permanecen encarcelados en el mundo, una cifra récord, denuncia el CPJ
El año 2021 ha anotado una cifra récord mundial de periodistas encarcelados, con un total de 293 profesionales de la comunicación privados de su libertad, a lo que se suma que al menos 24 periodistas han sido asesinados por su labor, mientras que otros 18 han muerto «en circunstancias poco claras», ha denunciado este jueves el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ por sigla en inglés).
La organización, que lleva a cabo un censo anual de reporteros que se encuentran entre rejas, han informado de que China «sigue siendo el peor carceleros de periodistas» por tercer año consecutivo. En el país asiático, 50 profesionales de la comunicación están en la cárcel. Le sigue de cerca Birmania, donde la represión experimentada tras el golpe de Estado ha provocado un aumento del encarcelamiento de periodistas.
Los países que siguen en esta lista son Egipto, Vietnam y Bielorrusia. El récord se renueva por segundo año consecutivo, ya que en 2020 el CPJ registró 280 periodistas en prisión.
El CPJ ha mencionado especialmente la situación en Turquía y Arabia Saudí, que pese a que en el último año han liberado a varios periodistas –20 y 10, respectivamente–, no han registrado «un cambio de opinión hacia la prensa».
Si bien las razones para el «incesante» aumento del número de periodistas en prisión difiere entre países, los datos recogidos por el CPJ reflejan una «tendencia marcada», y es la «creciente intolerancia a los informes independientes». «Los autócratas envalentonados están ignorando cada vez más el debido proceso y desobedeciendo las normas internacionales para mantenerse en el poder», ha denunciado la organización.
En este contexto, el informe presentado este jueves señala que México sigue siendo el país más mortífero del hemisferio occidental Tres periodistas han sido asesinados este año en represalia directa por su información, mientras que el CPJ investiga otros seis asesinatos.
Por otro lado, India tiene el mayor número de periodistas –cuatro– confirmados como asesinados en represalia por su trabajo y un quinto murió mientras cubría una protesta.